El crimen de honor en Turquía no llega a La Haya por falta de datos
Leyla Pervizat afirma que se practican ejecuciones extrajudicales
La violencia sobre las mujeres tiene forma de crimen de honor en Turquía, donde en las sentencias aparece el sexo del agresor pero nunca de la víctima 'porque las mujeres no son nada, ni siquera merecen ser recogidas cuando están muertas ni ser mencionadas en una sentencia'. Así lo explicó ayer en la VII Conferencia de la Sociedad Europea para la Investigación de la Violencia, que hoy concluye en Valencia, la investigadora Leyla Pervizat.
Leyla Pervizat, feminista y activista en favor de los derechos humanos en Turquía, interlocutora de la situación de las mujeres en su país ante la ONU, protagonizó ayer una de las conferencias que más interés ha despertado en la celebración de la VII Conferencia de la Sociedad Europea para la Investigación sobre Género, Conflicto y Violencia que hoy concluye en Valencia. Pervizat lleva seis años recorriendo los juzgados de cuatro provincias turcas en busca de los detalles de centenares de crímenes que sesgan la vida de mujeres en el seno de la familia por razones de honor. 'El honor siempre se lava con la vida de las mujeres que son las únicas que lo manchan, claro', dijo Leyla Pervizat.
La investigadora turca presentará en breve en forma de libro el resultado completo de su estudio. De momento, ayer adelantó algunas de las conclusiones que en él se incluyen. Los datos se enmarcan, precisó, 'en un escenario de opacidad absoluta que nos ha impedido incluso denunciar ante el tribunal de La Haya los crímenes de honor, que son ejecuciones extrajudiciales en un país que oficialmente tiene abolida la pena de muerte'.
El estudio de Leyla Pervizat se inició sobre un total de 200 casos, de los finalmente se quedó con 138 en los que hay sentencia contra el autor del crimen en cuya explicación de lo ocurrido aparece la palabra honor al menos en tres ocasiones. Tienen en común que la víctima es la mujer, salvo en 18 casos que también fue asesinado el hombre que provocó la mancha de honor, el adulterio. En esos 18 casos, como parte de un macabro rito y especialmente en la zona del Mar Negro, el hombre aparece muerto junto a la mujer con los genitales amputados colocados junto al cuerpo sin vida. Tienen en común, que la muerte recae en manos del miembro de la familia más joven, menor de 15 años, que incluso en el caso de que sea detenido, considerado culpable y enviado a prisión, ha cumplido con un rito de iniciación a la virilidad y goza dentro de la cárcel de una consideración privilegiada, explicó Pervizat. Se repite en todos los casos el absoluto anonimato de la víctima, a la mujer nunca se la menciona, y al esposo o familia cuya mujer ha sido asesinada no se le da el pésame sino que se le invita a que se mejore cuanto antes. 'En algunos casos las casas se pintan de blanco como único signo externo de que la mancha ha sido limpiada'.
Leyla Pervizat relató ayer en Valencia ante las delegadas de una decena de países europeos cómo la presión del honor lleva incluso a que las mujeres, cuando saben que van a ser asesinadas, se suiciden, o que, al nacer, maten a los hijos fruto de una relación que no se considera lícita, aunque en muchos casos haya sido el resultado de un abuso en el seno de la familia que ha tenido de soportar sin posibilidad de negarse.
Pervizat denunció la constante devaluación por parte de los jueces del testimonio de las mujeres y agregó que 'el sistema enjuicia sólo el comportamiento sexual de la mujer, la mera sospecha puede quitarles la vida'. Y describió el escenario social como de 'matrimonios precoces, poligamia extendida, novios infantiles, y matrimonios endogámicos'. Leyla Pervizat afirmó que 'la violencia contra las mujeres es intolerable, la violación es razón para asesinarla, no es nunca víctima, siempre es culpable y nada parece poder hacerse'. El movimiento feminista y de defensa de los derechos humanos espera una resolución en el seno de la ONU que obligue al Gobierno turco a eliminar algunos artículos del ordenamiento jurídico que minimizan las penas a los culpables cuando el acto se explique por razones de honor. 'Con ser un avance importante, que se intentó en 2000 sin ningún éxito, lo importante no es el ordenamiento jurídico sino la consideración de las mujeres y las actitudes de las cúpulas judiciales'. Pervizat, quien mantiene contactos con grupos de Pakistán, Yemen, Irak e Irán, pidió mayor atención a la población femenina inmigrante procedente de estos países 'porque sufre la violencia en el seno de la familia y nunca está a salvo'.
Violencia sin fronteras
La segunda sesión de la conferencia europea sobre violencia doméstica sirvió para demostrar, según la profesora de la Universidad de Valencia organizadora de la cita, Manuela Martínez, 'que en violencia doméstica no hay fronteras, que no hay tanta diferencia entre los países del norte y del sur de Europa, pensamos que están a años luz y vemos que no es así'. La delegación danesa expuso ayer dos ponencias de las que se extrajeron cuatro conclusiones: 'Que el agresor no es una víctima ni un enfermo, que la mujer necesita protección más allá del momento en el que decide romper el círculo de la violencia, que los niños cuando han estado en casas de acogida muestran un rechazo brutal al regreso al hogar y les provoca estrés post-traumático, y que los derechos de los padres no pueden estar por encima de los de los menores', explicó Martínez. Una de las medidas danesas que despertó interés entre trabajadores sociales asistentes a la conferencia fue la que retira a los padres los derechos sobre sus hijos en el caso de que una pareja, en el seno de la cual se ejerce la violencia, decida permanecer junta.
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