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El público premia el reto de Tomatito en su estreno de Piazzolla

El guitarrista presentó un programa doble dentro de la Bienal de Flamenco de Sevilla

Margot Molina

A Tomatito no le asustan los retos. Ni siquiera el desconocimiento del pentagrama le frenó en su empeño de recrear a Piazzolla. Las notas del mejor músico argentino del siglo XX sonaron en su guitarra porque antes lo habían hecho en su corazón. Y el público del teatro de la Maestranza de Sevilla, donde el almeriense estrenó el sábado Homenaje a Piazzolla, dentro de la Bienal de Flamenco que se celebra hasta el 6 octubre, se puso en pie.

José Fernández Torres, Tomatito, es consciente de que para llamarse artista hay que arriesgar y que presentarse en el gran escaparate mundial del flamenco con música de Astor Piazzolla (1921-1992) es un verdadero reto. El público respondió con entusiasmo al esfuerzo del guitarrista, de 44 años, que no quiere vivir de las rentas que siempre le darán los 18 años que acompañó a Camarón.

Los puristas que evitan parecerlo resuelven la eterna polémica entre heteroxia y ortodoxia, recrudecida en cada nueva edición de la Bienal de Flamenco, sentenciando que sólo puede innovar aquel que conozca bien 'a los antiguos'. 'Con Tomatito se han quedado sin argumentos porque no se puede ser más fiel a su herencia. Todo lo que toca suena flamenco y lo ha demostrado con Aire de tango o Fuga y misterio', comentó un aficcionado. El guitarrista Raimundo Amador, otro amante de la música al que no le asustan las etiquetas, salió feliz del concierto: 'El Tomate todo lo que toca lo hace flamenco'.

La guitarra clásica de Carles Trepat, con quien Tomatito ha estado trabajando para aprender de memoria las partituras de Piazzolla, y el violín de Bernardo Parrilla acompañaron al almeriense durante la primera parte del concierto. El flamenco llegó después y Tomatito se rodeó del cante de Potito, la mandola de Diego Amador, la percusión de Ramón Porrina y Bernando Parrilla, un virtuoso sacando sonidos jondos con el arco que, según los críticos, es el mejor violín del flamenco.

El concierto, que al público le supo a poco pero duró una hora y media, terminó con la rumba La vacilona y en el bis pudo verse el baile de Joselito Fernádez. La camaleónica luna que colocó el iluminador Sergio Spinelli se fue tiñendo de los colores que salieron de la guitarra de Tomatito.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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