_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Odisea

En julio de 1992 -ahora hace diez años-, cinco amigos, coincidentes en algunos aspectos de la vida, constituimos el col.lectiu L'arnadí con el ánimo de influir, a nuestra manera, en la tarea de reconciliación que requería y requiere la sociedad valenciana.

El resultado de aquel experimento quedó reflejado en un centenar de artículos que se publicaron a lo largo de otras tantas semanas en el Levante-El Mercantil Valenciano. Esta larga serie de reflexiones domésticas se recogió en dos volúmenes. Quedó inconclusa porque las circunstancias adversas se cebaron casualmente en una de las opciones que se han concitado para superar la cerrazón y la intolerancia. L'arnadí en este sentido no fue tan siquiera una excepción, sino más bien una prueba fehaciente, de que las partes en conflicto en ningún caso han consentido, hasta ahora, hablar de conciliación.

Los dos opúsculos en los que se recopilaron los artículos del col.lectiu L'arnadí contaron con sendas introducciones de lujo. Vicent Ventura Beltrán, en uno de sus últimos escritos antes de morir, y Josep Maria Soriano Bessó. El primer artículo de la serie se publicó el 3 de julio de 1992 con un contenido programático, bajo el título de L'odissea dels disgustats. Era una especie de autodefinición colectiva en la que se reconocía que 'passen per ser gent d'independència política i van a la seua, que sol ser una seua meditada i plena de flors uns dies i villanies uns altres. Tenen més voltes del que caldria el disgust a la cara i, sovint, van amb el manillar baix per culpa d'algun colp de destral, assestat amb parsimònia per les forces vives del cap i casal'.

Este es el homenaje personal a quienes me acompañaron en aquella aventura, en muchos aspectos premonitoria, de una caza y captura que finalmente consiguió lamentablemente su objetivo en el más desalentador de los silencios.

Cuatro impulsos y otras tantas iniciativas, de quienes mantuvieron el tipo durante dos años y medio en la lucha permanente por la libertad. En esa valiente tarea estuvieron a mi lado Tomás Escuder Palau (Castelló, 1946), navegante solitario; Juan Esquembre Menor (Villena, 1948), curioso de la vida; Vicent Martínez Riera (Manises, 1949), futbolista de medio campo, y Josep Martorell Damià (Cabanyal, 1949), aprendiz de músico.

Todos ellos pueden estar satisfechos de aquel intento para juntar las dos orillas. La intención era sana y el esfuerzo fue considerable, pero, quizás, nos equivocamos en la oportunidad del momento. En cualquier caso, aún hoy, el fragor de los tambores de guerra acaba enmudeciendo los tímidos intentos por sellar la paz, aunque tan sólo sea en el terreno intelectual de la cultura o en el acuerdo elemental de cómo llamar a las cosas por su nombre.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Aún con estos signos de desesperanza, sabemos que nuestro esfuerzo no fue baldío y asumo, por todos ellos, el compromiso de que los dos volúmenes publicados con los artículos del col.lectiu L'arnadí se fundirán en un solo libro y se completarán con los textos que no pudieron recopilarse en su día. Serán el testimonio de una voluntad de civismo y lealtad que aprendimos de los que nos precedieron y confiamos en que sepan continuar quienes nos sucedan.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_