Más gasto en menos tiempo

El anteproyecto de decreto prevé modificar 23 artículos del reglamento de máquinas recreativas y de azar, cuyo redactado se cambió por última vez en enero del año 2000. Cinco de esos artículos se refieren a las máquinas tragaperras, y el texto los define como 'aspectos técnicos'. Son el verdadero nudo gordiano de la cuestión.

- Precio de la partida. Antes de la entrada en vigor del euro, una partida costaba 25 pesetas y 50 si era una partida doble. El pasado 1 de enero aumentó a 20 céntimos de euro (33,3 pesetas) y 40 céntimos si es doble (66,6 pesetas). El nuevo decreto prevé que la partida cueste 25 céntimos (41,6 pesetas), una cantidad que no existe en una sola moneda. La partida doble pasa a costar 50 céntimos de euro (83,2 pesetas), una moneda que sí existe, lo que hace pensar que el jugador optará siempre por esta segunda opción, la más cara.

- Duración y acumulación de partidas. La duración media de la partida es ahora de cinco segundos y no se pueden realizar más de 120 partidas en 10 minutos. La propuesta es reducir ese intervalo a tres segundos y, por tanto, se podrán realizar 200 partidas seguidas en 10 minutos. El gasto máximo que actualmente puede realizar un jugador en una hora es de 36 euros. Tras la reforma, se incrementa a 90 euros. Hasta finales del año pasado, ese gasto máximo era de 4.500 pesetas (27 euros). Ahora no se permite que la máquina acumule más del equivalente al precio de 25 partidas antes de empezar a funcionar y realizar combinaciones de manera aleatoria. La reforma aumenta esa acumulación hasta las 40 partidas.

- Importe de los premios. Ahora las máquinas devuelven en premios el 75% del valor de las partidas efectuadas y el premio máximo es de 120 euros. El proyecto prevé que se destine a premios el 70% de lo que se juega y amplía a 200 euros el premio máximo en ciclos de 20.000 partidas, el mismo de ahora. Por el contrario, se reducen los premios pequeños.