Jerez despide los mejores Juegos Ecuestres de la historia

Jerez despidió ayer los mejores Juegos Ecuestres de la historia. La reina Sofía, acompañada por los duques de Lugo, la infanta Elena y su esposo, Jaime de Marichalar, presidió la ceremonia de clausura de los IV Juegos Ecuestres Mundiales Jerez 2002, que se iniciaron el pasado 10 de septiembre. La Casa Real española ya apoyó desde el comienzo los Juegos Jerez 2002 con la presidencia de la ceremonia inaugural de los Reyes. El estadio municipal de Chapín fue el escenario de la ceremonia de clausura, que ofreció un espectáculo representado por la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre.

Los jinetes y sus caballos pusieron en escena cuatro de los números que integran el espectáculo Cómo bailan los caballos andaluces para dar paso al final de la ceremonia a una comitiva de los voluntarios, trabajadores y participantes del Mundial Ecuestre.

La Gran Parada Hípica, un desfile de caballos que se celebra cada año en Jerez con motivo de las Fiestas de Otoño, recorrió varias calles del centro de la ciudad y concluyó en Chapín aprovechando la celebración de la clausura. Jerez entregó el relevo, de esta forma, a la localidad alemana de Aachen, designada por la Federación Ecuestre Internacional (FEI) para albergar los Juegos de 2006.

A la espera de un balance oficial del evento, hay que destacar el importante respaldo de público con el que han contado las pruebas, con entradas de hasta 20.000 espectadores en Chapín y 30.000 en Garrapilos; el éxito organizativo, refrendado por la Federación Ecuestre Internacional, que ha calificado los Juegos como los mejores de la historia, y el alto nivel competitivo, que no ha sido óbice para que España haya conseguido por vez primera dos medallas en un mundial ecuestre, una de bronce para el equipo nacional de doma clásica y otra de plata que se colgó Beatriz Ferrer Salat en la misma disciplina.

A primeros de octubre se conocerán los resultados de un estudio que está siendo elaborado por el comité organizador de Jerez 2002 con el objetivo de conocer el impacto socioeconómico de los Juegos, que desde el 10 de septiembre han tenido llenos todos los hoteles de la ciudad.

Jerez cederá el protagonismo ahora al empresariado de la zona, dispuesto a sacar rentabilidad a las instalaciones que se quedan en la ciudad y conseguir una importante creación de riqueza en torno a la industria del caballo.