Una demostración virtuosística

El nuevo curso de la Orquesta de la Comunidad ha comenzado con éxito considerable en el Auditorio Nacional. El maestro titular, José Ramón Encinar, estupendo programador, preparó para la rentrée tres obras que significan otros tantos modos de entender a Schubert; el original, en la sinfonía denominada incompleta; la traslación al piano con orquesta de la Fantasía del caminante (denominada Der Wanderer por la referencia, en el Adagio al lied del mismo nombre), realizada por Franz Liszt, y la obra de Luciano Berio, sobre esbozos de Schubert, dejados en proyecto.

Si Encinar logró de los instrumentistas comunitarios un buen resultado en la Sinfonía en si menor - difícil por transparente, quebradiza y sutil-, el pianista Andréi Gavrilov (Moscú, 1955), premio Chaikovski 1974, en competencia con Egorov, Schiff o Engerer, hizo una rutilante demostración virtuosística, plena de libre imaginación, pero también demostrativa de una sensibilidad sonora y expresiva de muchos quilates, de la rara y casi contradictoria conjunción Schubert-Liszt.

Para mí, lo más atrayente de la tarde fue Rendering, estrenada en 1990 en Amsterdam por la Orquesta del Concertgebouw, dirigida por Riccardo Chailly. Una vez más, Berio vuelve a la 'música sobre otras músicas', algo con historia de siglos, pero aquí se trata, como explicara el propio compositor italiano, no de reconstruir, sino de llevar a cabo una restauración a partir de los apuntes schubertianos, en la que las ideas, las formas y el tratamiento instrumental acaba por crear un mundo mágico y bifronte, en el que tanto suena Schubert como Berio. Y en ese tanto incluyo una fuerte originalidad.

Seguir la marcha de los tres grandes movimientos tan fieles al espíritu original del singular romántico y, a la vez, con gran potencia creadora de su momentáneo 'embajador' en nuestro tiempo, sobre una consecución musical de refinada hermosura, el triunfo de la inteligencia más aguda que, por otra parte, domina la obra entera de Berio, uno de los verdaderamente grandes de nuestra época. Encinar hizo un estreno con calidades fuera de serie. Sólo por él habría merecido la pena estar presentes en este concierto.