El IVAM cede un cuadro de Barnett Newman a la Tate Modern para una exposición

El Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) ha prestado uno de sus cuadros de Barnett Newman al Museo Tate Modern de Londres, en una retrospectiva de este artista que se inauguró ayer. Esta obra, que también ha estado en el Philadelphia Museum of Art, es uno de los pocos cuadros que hay en España de Newman, de los que el IVAM posee dos, uno de pintura al óleo sobre lienzo y otro de tinta sobre papel. Barnett Newman compaginó desde el inicio de su formación su vocación de artista con la preparación académica necesaria para dirigir los negocios familiares. A mediados de los años cuarenta retomó su trabajo pictórico, tras un tiempo de dedicación a escribir, orientado hacia la abstracción rigurosa que le caracteriza, según fuentes del IVAM.

La profesora Carmen Bernárdez ha asegurado sobre la obra propiedad del IVAM que el retorno del artista a la pintura ha sido interpretado como una respuesta 'a la convulsión de la guerra mundial que afectó a muchos de los artistas americanos y les impulsó a un cambio en su lenguaje'.

A lo largo de su vida, señaló Bernárdez, el dibujo 'fue un lenguaje propio especialmente privilegiado para él, pues era sinónimo de invención, pero también el recorrido de sus líneas era configurador de espacios'.

La profesora conocedora de la obra de Barnett Newman indicó que el artista incorporó a sus dibujos franjas verticales que recorren toda la superficie o se interrumpen en un determinado punto, y que 'han sido interpretadas como metáforas pictóricas de la penetración de la luz en un espacio absoluto que empieza a diferenciarse'.