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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Becas: Una planificación coherente

Finalizando el verano nos acercamos vertiginosamente al próximo curso escolar. Para los universitarios es época de matrículas, solicitar becas y cumplimentar los diferentes trámites administrativos previos al inicio del curso académico. Un ritual que cada año se repite, pero que hoy se hace más llevadero. Los madrugones para estar los primeros en las largas colas de las secretarías, se han transformado en una página web desde la que podemos realizar nuestras consultas. Las nuevas tecnologías han simplificado los trámites tanto para las universidades como para los alumnos. Asimismo, como cada mes de septiembre, es momento de hacer balance porque para los universitarios y para quienes todavía vivimos inmersos en el sistema educativo, el año comienza en septiembre y termina en junio.

Desde hace unos días, algún medio de comunicación se ha empeñado en adelantar un poquito el curso escolar haciendo referencia a las becas ofertadas este año por el Ministerio de Educación. Pues bien, los datos son objetivos: el presupuesto destinado a becas se ha incrementado un 16,24 por ciento entre 1999 y 2002. Más concretamente, entre el curso 1997/98 y el 2001/02, el número de ayudas compensatorias ha aumentado un 60,98 por ciento. Si a éstos datos sumamos el hecho de que el número de alumnos va descendiendo progresivamente, y las cifras demuestran que hay más alumnos becados y más familias que se benefician de las ayudas del Ministerio de Educación, yo me pregunto cómo es posible que desde el PSOE y otras organizaciones "independientes" afines, traten de manipular a alumnos y opinión pública.

Creo que debemos ser consecuentes, y ser consecuentes no significa ser conformistas. Los estudiantes debemos reclamar que se siga aumentando el presupuesto destinado a becas y a ayudas del Estado, al menos como se ha venido realizando desde 1996. Debemos tratar también de que los criterios y trámites sean cada vez más flexibles. Tampoco hay que olvidar que el dinero destinado a becas es dinero público, por lo que es necesario exigir a quienes estén becados un mínimo aprovechamiento académico. Y por último, prestar atención a los criterios económicos a fin de garantizar que quienes acceden a las becas sean realmente quienes más lo necesitan.

Los datos deben analizarse desde una perspectiva global, teniendo en cuenta el esfuerzo que hace el Estado y las Comunidades Autónomas para sufragar el sistema universitario, con el más alto número de universitarios respecto a la población, y en el que la financiación efectiva del coste total del sistema universitario en España, está asumida por la Administración Pública en torno al 83 por ciento.

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