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El fiscal pide 39 años de cárcel para el cabecilla de una red de prostitución

Las mujeres permanecían encerradas en un club de La Marina Alta

La Audiencia de Alicante juzgó ayer a dos de los presuntos miembros de una red de proxenetas que captaba mujeres rusas en su país de origen mediante falsas promesas de empleo, y luego las obligaba a prostituirse en un club de Pedreguer (Marina Alta). El cabecilla, Dragan Cupic, de origen croata, negó ayer que las chicas vinieran engañadas. 'Eran muy felices de ejercer la prostitución', dijo. El fiscal pide al acusado 39 años de cárcel.

El presunto cerebro de la trama, Dragan Cupic y un cómplice, Serguei Armach, de nacionalidad rusa, fueron juzgados ayer por la sección tercera de la Audiencia de Alicante. En la vista oral participaron también las tres víctimas, quienes en calidad de testigos protegidos, permanecieron ocultas en una sala contigua.

Durante la sesión, el cabecilla de la red remarcó que las mujeres llegaron a España a sabiendas de que trabajarían en un local de alterne. El procesado manifestó además que las víctimas le contaron que antes de su llegada a España ya habían ejercido la prostitución en Moscú.

Los dos supuestos integrantes de la red negaron que las mujeres estuvieran retenidas en el club de alterne contra su propia voluntad, y rechazaron que hubieran sido objeto de amenazas y agresiones. 'Hacían lo que les daba la gana', subrayó Armach, a quien se le acusa de vigilar a las víctimas para que no escaparan.El fiscal imputa a los dos procesados un delito de prostitución, por los que les reclama a cada uno nueve años de prisión. Además, el ministerio público pide al cabecilla de la trama una condena de 27 años por tres delitos de agresión sexual, y tres años por falsedad documental. La defensa de ambos pide la absolución.

Los hechos enjuiciados ocurrieron en mayo de 2000. Según relata el ministerio público, el cabecilla de la trama, Dragan C., y el propietario del club de alterne de Pedreguer, Andreas Alexis T., de nacionalidad alemana, contactaban 'periódicamente' con mujeres rusas. Los imputados les ofertaban un empleo como bailarinas de strep-tease y de camareras. Sin embargo, una vez en España, Dragan les informaba de que para saldar la deuda que habían contraído debían prostituirse en el club La Iguana Negra.

Los acusados, según el fiscal, amenazaban a las mujeres con venderlas a terceros y les obligaban a mantener relaciones sexuales con ellos. La acusación pública incrimina también a una camarera del local, a quien supuestamente los clientes abonaban el pago de las prostitutas.

Para esta empleada y el propietario del local, el fiscal solicita nueve años de cárcel. Estos dos no se personaron ayer en la vista oral.

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