Visionarios
Uno busca historias para escribir artículos. A veces parece que fueran las historias las que lo buscaran a uno. Fíjense si no. Contacté con un joven diseñador gráfico -Sebastián Puiggrós- para encargarle un trabajo. Dejémoslo hablar:
'Nací en Buenos Aires. Mi abuelo, Rodolfo Puiggrós, historiador y rector de la Universidad de Buenos Aires, fue un comunista expulsado del partido y luego uno de los principales ideólogos de la izquierda peronista. Mi padre era montonero, o sea, miembro de las guerrillas peronistas de izquierda. Una vez dirigió una operación que consistió en desviar un avión de línea, hacerlo aterrizar en la selva, en una pista construida expresamente, y al mismo tiempo asaltar un puesto militar, desvalijarlo, cargar el armamento en el avión y huir con el botín. Murió combatiendo, con la pistola en la mano. Mi madre estuvo cinco años presa. Mi primer recuerdo de ella es ir a visitarla a la cárcel. Cuando recuperó la libertad nos vinimos a España. Ahora es profesora de Pedagogía Social en la Universidad de Barcelona. Muchas de sus compañeras de cárcel también fueron llegando a España, se radicaron en Barcelona y hoy son destacadas profesionales de la psicología, la pedagogía, etcétera. A veces nos reunimos todos y somos como una familia. No creo que tuviera que ver que el apellido de mi padre fuera catalán para elegir Barcelona. De hecho estuvimos unos meses en Madrid... Pero mi madre es muy visionaria y fue a parar al mejor lugar del mundo. Acertó de lleno. Rebobinando un poco, el día en que apresaron a mi madre, mi padre también estaba en casa, pero logró escapar. Yo era un bebé y me quedé solo con los militares. Mi padre, una vez a salvo, llamó a mi abuelo para que me fuera a buscar. Cuando llegó, los asaltantes le dijeron que me habían matado con lejía; él no les creyó, me buscó y me encontró en otra habitación. No sé cómo logró que lo dejaran llevarme consigo'.
Sentado junto a Sebastián está su primo Federico Joselevich. Oigámoslo:
'Tengo 29 años, tres más que Sebastián. A principios de los setenta la Triple A (grupo parapolicial responsable de innumerables secuestros, torturas y asesinatos) estaba a tope. Mi madre es hija de Rodolfo Puiggrós y estaba implicada en la lucha política. Pusieron una bomba en mi casa. Intentaron arrebatarle el hijo a la chica que me cuidaba, seguramente pensando que era yo. La cosa se puso insostenible y nos marchamos a México por 28 días... Nos quedamos 12 años. Mi abuelo logró asilarse en la embajada mexicana y al cabo de dos meses pudo reunirse con nosotros. Cuando volvió la democracia, en 1984, regresamos a Argentina. Yo era un chico mexicano que en realidad era argentino y de pronto tuve que adaptarme a ser un argentino que en realidad era mexicano... Hace tres años acepté una invitación de mi tía y mi primo y me vine a Barcelona. Como te imaginarás, no tengo intenciones de volver'.
No, me imagino que no. Sebastián y Federico fundaron Area 3, una empresa dedicada a los proyectos multimedia y también una plataforma para la investigación y la actividad artística. Sebastián es licenciado en diseño gráfico, con un master en artes digitales y cursos de posgrado en el Royal College de Londres. Federico, analista de sistemas y experto en computación científica, es el informático de a bordo. Estos chicos pisan fuerte en su campo: lo sé porque lo leí en EL PAÍS. Y porque se nota en cuanto los conoces.
Chema Longobardo y Elisa Lee son los otros dos miembros de Area 3. Longobardo Polanco se llama nuestro amigo, ahí es ná. Andaluz de Granada, de 25 años, diseñador gráfico, carece del acento típico. 'Nunca lo tuve. Desde pequeño pensé que los andaluces hablaban mal, porque se comían las eses y tal, y me propuse pronunciar todas las letras. Me vine a estudiar a Barcelona, conocí a Sebastián en la escuela de diseño y me invitó a formar parte de Area 3. Llevo siete años por aquí y muy pronto aprendí a hablar en catalán. No me gustaba que la gente tuviera que cambiar de idioma por mí; quería integrarme de todas las maneras posibles. El que más me ayudó fué un buen amigo mío de Vic, que siempre me habló en un catalán muy puro y muy espeso. Tengo que decir que aprecio mucho más la cultura andaluza -el flamenco y todo lo demás- desde que la veo de fuera'.
El castellano aún le resultó útil a Longobardo Polanco para iniciar una conversación con una chica extranjera en un night-club: era Elisa Lee, de 27 años, nacida en Hong Kong, criada en Sidney y diplomada en comunicación visual. 'Aunque cada año íbamos a Hong Kong a visitar a la familia, lamentablemente no sé hablar en chino. Mi padre es chino y mi madre -australiana y blanca- domina el cantonés y el mandarín. Siempre quise probar cómo sería la vida en otros países. Ahorré dinero y me lancé a viajar. Fui a Tailandia, luego a Italia, después a Francia y finalmente recalé en España con la intención de aprender el idioma. Pasé dos meses estudiando en Salamanca, recorrí un poco el país y finalmente pasé por Barcelona. Mi plan original era ir a probar suerte a Estados Unidos, pero esto me gustó mucho y me quedé'.
Visionaria la madre de Sebastián y clarividentes los cinco catalanes adoptivos que charlamos y tomamos mate en el loft gracienco de Area 3. Valentina, la esposa de Rodolfo Puiggrós, era una rusa que se escapó del comunismo para acabar casada con un comunista argentino. Pero ésa -claro- es otra historia.
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