Pastor: "No hemos sido capaces de dimensionar la Administración General del Estado a los fines que debía tener"

La ministra de Sanidad y Consumo, Ana Pastor, consideró hoy que la administración "tiene que tener mucha cabeza y poca cola" y que "tiene que tener hacia abajo menos personal". "No hemos sido capaces de dimensionar la Administración General del Estado a los fines que debía tener", sostuvo, al tiempo que aseguró que las administraciones se tienen que "organizar y coordinar".

En el proceso de descentralización del Estado previsto por la Constitución "a lo mejor nos hemos cargado a veces de demasiadas estructuras", añadió Pastor en una mesa redonda en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde ha participado en el "Aula de Verano Ortega y Gasset".

Asimismo, resaltó que "el primer servicio fundamental" que ha de cumplir la administración central es el de la "coordinación", lo que conlleva "determinar qué competencias tiene cada cual y qué recursos se destinan a ello".

Una de las labores que creyó oportunas en este sentido es la de "ajustar de nuevo la financiación" local. "El Estado se tiene que replantear que el modelo de financiación de las administraciones locales ya no se circunscribe a las funciones que tienen que desarrollar actualmente", añadió.

Unas funciones que vienen marcadas por la necesidad de que los servicios se acerquen "cada vez más a los ciudadanos" y que le dejan al Estado el "papel fundamental" de "velar por la igualdad efectiva en los servicios" para que "ante la misma necesidad" se den los mismo recursos.

La ministra, que destacó que "hemos logrado tener una administración que cumple lo que dice la Constitución", aludió, no obstante, a la existencia aún de "muchos retos", entre los que citó, por ejemplo, el de mejorar la formación de los funcionarios y el acceso a este cuerpo que, a su juicio, "sigue siendo excesivamente rígido y muy volcado en los contenidos teóricos de la administración".

Igualmente, indicó que "las nuevas tecnologías tienen que significar mucho más" en las administraciones y hay que destinar "más recursos" a hacerlo efectivo.

Con respecto al Ministerio que encabeza afirmó que tiene que "reinventarlo y adaptarlo al nuevo papel" que ha de desempeñar ante el traspaso competencial y que hay que elaborar sendas leyes de coordinación y de investigación.

Finalmente, en su intervención en el curso, ante los 50 alumnos de bachillerato con mejores expedientes de España, sostuvo que "las personas que tengan capacidad e interés se tienen que dedicar al servicio público" que, para la Ministra, es "enriquecedor". Además, recalcó que en los funcionarios y políticos ha de prevalecer siempre "el interés general por encima del particular".

PACTO LOCAL

Mientras tanto, el alcalde de A Coruña, Franciso Vázquez, en la misma mesa redonda, hizo hincapié en que el "gran reto es que la voluntad de descentralización se lleve hasta sus últimas consecuencias", porque, hasta ahora, "se quedó en las autonomías".

En este sentido, añadió que "la gran desgracia fue" que la descentralización hacia los ayuntamientos "no lo hiciera en su día la administración central", algo que, a su juicio, habría sido mejor, especialmente porque se mostró convencido de que regiones como Cataluña o el País Vasco, e incluso tal vez Canarias y Baleares, no "van a transferir" al ámbito local, ya que "consideran a los ayuntamientos meros apéndices" de su gestión.

Por todo ello, Vázquez, para quien los ayuntamientos son "una pata muy histórica y un poco apolillada de la administración", abogó por el traspaso de "competencias y recursos" a los ayuntamientos porque "las ciudades tienen que ser lo que quieran sus propios vecinos".

Aún así, consideró que en España hay "demasiados" ayuntamientos (más de 8.000) y haría falta una "reducción sustancial", especialmente porque algunos de ellos, en su opinión, "no tienen razón de ser, ni tienen recursos ni población".

El alcalde de A Coruña también criticó que los ayuntamientos españoles son "la administración más pobre", ya que su gasto público desde 1992 ha estado estancado en el 13 por ciento y muy por debajo, por tanto, de la media europea, que se sitúa en el 34 por ciento, según Vázquez.

Por ello, recalcó que si las ciudades europeas están más cuidadas "no es porque los alcaldes sean más listos, sino que, por poco que lo hagan bien" y teniendo en cuenta la diferencia presupuestaria, "les luce mucho más".

En su intervención también quiso dejar patente que "las ciudades son grandes o pequeñas en función de la satisfacción de los ciudadanos" y no de su tamaño y que lo importante es que sean lugares "donde valga la pena pagar impuestos".

SEGUNDA DESCENTRALIZACION

Por su parte, el consejero de Presidencia del Gobierno de Cantabria, Jesús Bermejo, coincidió con Vázquez a la hora de resaltar la necesidad de "buscar la forma de hacer una segunda descentralización" que suponga el traspaso de competencias hacia los ayuntamientos.

Así, planteó el desarrollo del pacto local como uno de los retos de las comunidades autónomas, para traspasar a los ayuntamientos competencias, al ser estos "la administración más cercana a los ciudadanos y que con mayor sensibilidad puede detectar sus necesidades".

A pesar de ello, comentó que en el caso de Cantabria es algo "problemático" por el tamaño de algunos de los municipios. Además, insistió en que "nunca" se puede permitir que el traspaso de competencias vaya en perjuicio de los ciudadanos.

Otros de los retos que planteó Bermejo es el de dar respuesta a la necesidad de una "coordinación interadministrativa muy fluida" entre las autonomías y con el Estado, así como el de "mejorar la gestión pensando en el ciudadano y aprovechando también las nuevas tecnologías".

Sobre la transferencia competencial hacia las autonomías el consejero recordó que con el traspaso de la administración de la Justicia a las ocho comunidades que faltan ya sólo quedarán "pequeños flecos" en la descentralización hacia las regiones.

Además, indicó que "el nuevo modelo de financiación autonómica ha supuesto la mayoría de edad de las comunidades autónomas", que han pasado de ser "el camarero que pone las bebidas" a convertirse en "empresarios", "en el dueño del bar", con la responsabilidad, por tanto, no sólo de la gestión de los gastos, sino también de los ingresos.