'Cada vez se rema peor porque los remeros salen del gimnasio'

José Luis Korta se confiesa 'muy a gusto' en Castro Urdiales, aunque tenga 'enemigos, como en todos los sitios'. La ciudad cántabra hierve y todo por la culpa del responsable de La Marinera, sincero, luego polémico, pero 'en el fondo, un pedazo de pan, como la madre Teresa de Calcuta'.

Pregunta. Ha revolucionado usted sólo la tranquilidad de Castro Urdiales.

Respuesta. Soy el primer sorprendido por éste fenómeno. El pueblo lo vive y está loco con La Marinera. En Orio era parecido, pero era un pueblo más pequeño. Lo de Castro es mucho más exagerado.

P. Pero el club era una ruina deportiva cuando usted se hizo cargo de él en 1997.

R. Estaba en el culo del mundo, a un minuto del penúltimo. Ahora tenemos un presupuesto mayor, más y mejor material, la gente se mueve, y luego hago lo que he hecho en otros clubs toda mi vida: entrenar fuerte, cuidarse y remar mejor que los demás porque se nos está olvidando remar.

P. ¿Cómo es eso?

R. Cada vez se rema peor. Ahora nosotros estamos cogiendo un poco la remada, pero no es fácil porque las traineras cambian mucho de remeros de un año para otro... y ahora son altos y fuertes pero no son gente de escuela, sino de gimnasio.

P. ¿Cómo forma su trainera cada año?

R. Eso es lo que nos están achacando, que fichamos de otros clubs, cuando es algo que todos hacen. Algunos reman con sueldo, pero nuestros remeros sólo tienen un fijo de 3.000 euros, premios al margen, que es el doble del que tuvimos el año pasado.

P. El remo guipuzcoano vive horas bajas.

R. Creo que se preocupan más de lo que hace el vecino y se olvidan de lo que hacen en casa, que es donde hay que hacer bien las cosas. Hay que tener gente para ganar en invierno, y no ficharlos en verano.

P. Es decir, que hace falta potenciar el trabajo con los jóvenes.

R. Eso es. Pero hacen falta patrones, y para todo: para llevar la familia, para gobernar este país y para gobernar el mundo del remo. Cada vez es más difícil que los chavales remen y en eso estoy, tratando de inculcar el amor por el remo a los chavales. Y luego, que decidan ellos si siguen o no.