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Crónica:RONDA | LA LIDIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Festival goyesco

El contenido artístico de la corrida goyesca ha sido pobre este año, quizá porque tocaban vacas flacas y toros anovillados, o tal vez porque al diestro mejor dotado para el arte la cosa le cogió mayor. De todas formas, es posible que la goyesca pase a la crónica de sociedad, pues daba la impresión de que muchos personajes habían pasado directamente desde la boda a los toros.

Así, todo quedó en un amable festival, con los diestros ataviados de opereta, a la manera en que el teatro tradicional disfrazaba la época de Goya.

En el quinto toro se produjo el primer triunfo, propiciado por Rivera Ordóñez tras un extraño tercio de banderillas, en el que se las ofreció a El Juli y las pidió Curro Vázquez, que, de primera intención, se llevó un topetazo, y después dejó un solo palo al cuarteo. El Juli fue por los adentros, y Rivera quebró en el platillo y dejó los palitroques en la paletilla; faltaron los enanitos. El núcleo de la faena se compuso de series lentas con buen son, con el único problema de torear en Ronda estando en Arriate, localidad serrana próxima. La estocada fue excelente.

Hernández / Vázquez, Rivera, Juli

Toros de Domingo Hernández, anovillados, con diverso grado de mansedumbre. Curro Vázquez: bajonazo, dos descabellos -aviso- (pitos); media ladeada y contraria, dos descabellos (silencio). Rivera Ordóñez: pinchazo, estocada trasera, tendida y caída (ovación); estocada (dos orejas). El Juli: media atravesada trasera (ovación); estocada caída trasera y tendida (dos orejas). Plaza de la Real Maestranza, 7 de septiembre, 46ª Corrida Goyesca. No hay billetes.

El Juli, en el sexto, fue dando distintos capotazos a destiempo desde la contraquerencia hasta chiqueros. Picado feamente, el tercio de banderillas contó con la colaboración de Rivera, que puso ambos palos tras pasar sin clavar y quedarse clavado, como una virgen necia en mitad de una autopista. De poco sirve colocarse bien el cite si no se adelanta, plana, la muleta, sino únicamente el pico mientras el resto se retrasa: así, en una de las muchas, El Juli quedó al descubierto y el toro, manso, quedado y parado, lo vio y lo prendió; menos mal que sólo fue el susto. Enrabietado, obligó en una serie y luego tiró de efectos y pirotecnia. Mató como suele, echándose fuera.

Los dos primeros toros de Rivera y El Juli acabaron en chiqueros, tras una faena en la que Ordóñez puso tierra por medio y otra en la que el madrileño no cuajó una serie, siempre a base de pases sueltos de aquí te pillo aquí te mato.

Curro Vázquez aprovechó para componer actitudes postineras, siempre desde la línea del horizonte. Fue bonito verle abrirse de capa en el cuarto, aunque no llegara a consumar ni un lance. Dotado naturalmente de empaque, lo aprovechó para torear por redondos de incierto destino y oscura finalidad; los naturales fueron todavía menos claros, incluyendo una fuga precipitada con caída final del torete.

Como nota adicional, hay que señalar que al segundo se le cayó parte de la vaina del cuerno izquierdo, digo yo que posiblemente mermada, dejando al descubierto la zona maciza del pitón, que se rompió tras un derrote y quedó colgando como baldón sangrante. Si esto se puede considerar prueba de afeitado, es de suponer que el resto de la corrida tampoco estaría completamente íntegra. El precio de las entradas iba de 50 a 105 euros.

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