¿Quién es el candidato?
Cuando un político aspira a un puesto de gobierno, a una candidatura que implica tomar decisiones de especial relevancia para una sociedad, es importante que su figura sea bien conocida. Al menos hay que tener datos de su personalidad política y de su iniciación en la vida pública. Por el momento, las características de Francisco Camps como candidato a las próximas elecciones son escasas, muy poco conocidas hasta la fecha actual.
Para conocer la personalidad política es necesario, al menos, saber cuáles son las creencias políticas básicas del candidato que le ayudan a interpretar el ambiente político y social. También es importante su estilo político, las formas y modos de comportarse con los que le rodean y asesoran. Al igual que los motivos que tiene para ocupar el cargo, ya sea la ambición de poder, el éxito social, el reconocimiento personal o cualquier otra necesidad. Todavía es más significativo saber cuáles son sus reacciones ante situaciones de presión y de estrés, la prueba de fuego de un político, porque serán situaciones habituales en un cargo de responsabilidad y las consecuencias tendrán importancia sobre su gestión y sobre los mismos ciudadanos.
Pero además de su personalidad política, los candidatos están marcados por las primeras experiencias en sus cargos públicos, porque son las que condicionan su comportamiento futuro, su conducta política ante situaciones nuevas. Los políticos, como el resto de los mortales, tienden a repetir las prácticas y los argumentos que les dieron éxito al principio de sus carreras. Cuando están en apuros, es más fácil repetir que intentar algo nuevo.
Resulta bastante difícil responder a estas preguntas y características sobre Francisco Camps, quizás algún indicio, alguna pista que nos facilitó durante este verano, pero poca cosa. Sin duda existen las respuestas, pero todavía no se conocen. Sería mucho más fácil, por ejemplo, responder a todo esto sobre la figura de Eduardo Zaplana. Intenten hacerlo y lo comprobarán rápidamente.
Pero hay más. Zaplana necesita tener éxito en su nuevo Ministerio, pero todavía necesita más la demostración de que su marcha no significa un fracaso en las próximas elecciones autonómicas. Se juega demasiado en esa empresa y por eso nombró un equipo de campaña más cercano a sí mismo que al propio Camps. En consecuencia y como resumen, tiene sentido preguntarse quién es realmente el candidato popular en las próximas elecciones autonómicas.
Durante los próximos meses, la foto de Camps aparecerá continuamente en todos los medios de comunicación, una foto más o menos fija o dibujada con técnicas de animación. Pero es muy probable que la decisión de voto dependa principalmente de la sombra que le precede, mucho más conocida que el cuerpo que le acompaña. Ignasi Pla y sus estrategas cometerán un tremendo error si confunden una cosa con la otra, es decir, perseguir al señuelo y olvidarse del auténtico adversario político. Un experimento político que, si tiene buenos resultados en Valencia, puede repetirse también en las próximas elecciones generales.
Al fin y al cabo, nada nuevo. Porque todos sabemos que una cosa es el portador del anillo y otra muy distinta el señor de los anillos.
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