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Un verano triste para la física

Casos poco frecuentes de posible fraude siembran la preocupación

Gran parte de la comunidad física mundial está pendiente del resultado de la investigación que un comité formado por encargo de los famosos Laboratorios Bell (Bell Labs) realiza desde mayo sobre el trabajo de una de sus mayores y más recientes estrellas, el alemán Jan Hendrik Schön, de 31 años. Autor de casi 80 artículos científicos en tan sólo dos años, Schön parecía disponer de un material milagroso con el que lograba espectaculares avances en nanoelectrónica y también en superconductividad. Sus colegas de otros laboratorios no conseguían reproducir los trabajos que publicaba en las más importantes revistas científicas, pero como Schön no firmaba solo y además Bell Labs (brazo investigador de Lucent Technologíes) mantiene un teórico control interno de lo que se va a publicar, su corrección estaba supuestamente garantizada.

La revisión del trabajo de una estrella de la nanoelectrónica se ha ampliado

Sin embargo, en mayo saltó la alarma cuando varios investigadores se dieron cuenta de que los gráficos que acompañaban algunos de los artículos de Schön parecían coincidir, a pesar de ser sobre temas distintos. La seriedad con que Bell Labs se tomó inmediatamente el tema no auguraba nada bueno y, aunque el comité no ha hecho todavía su informe, el hecho de que en julio se supiera que la investigación se ampliaba a tres artículos sobre superconductividad, un área que en principio no estaba siendo investigada, ha hecho temer lo peor:que Schön, solo o acompañado, se haya inventado algunos o todos sus datos. Si esta mala noticia resultara ser cierta se estaría ante el mayor fraude conocido en física como han coincidido en señalar varios especialistas en las revistas y a través de Internet. La mera sospecha ha hecho que los físicos empiecen a hacerse preguntas sobre la presión para publicar a que están sometidos los científicos y sobre cómo se encara el fraude y la conducta inapropiada en física, un campo que hasta ahora se consideraba más seguro en este sentido que otras áreas de la ciencia porque se suele basar en medidas precisas más fácilmente reproducibles.

Al revuelo que ha causado la investigación de Bell Labs se suman otros asuntos también importantes. En julio pasado, a casi dos años de las primeras sospechas, el Laboratorio Nacional Berkeley de EE UU retiró formalmente los resultados que indicaban la creación en 1999 del elemento superpesado 118. Pocos días antes se supo que había despedido al físico Victor Ninov, procedente de Alemania, encargado del proceso de los datos del experimento y primer firmante del artículo, publicado en Physical Review Letters. Ahora, no sólo está bajo sospecha este análisis sino otros anteriores de Ninov, referentes a otros elementos superpesados.

Además, también este verano se ha anunciado la próxima publicación de nuevos resultados que descartarían que se produzca fusión nuclear en el interior de burbujas durante el proceso de sonoluminiscencia (conversión del sonido en luz), como había asegurado Rusi Taleyarkhan, de origen indio, del Laboratorio Nacional Oak Ridge de EE UU en un artículo publicado en marzo pasado por la revista Science en medio de una gran polémica. En efecto, a Science le constaba que otro equipo del mismo laboratorio había repetido los experimentos y no encontraba los neutrones que indicarían que se producía fusión en un pequeño aparato (lo mismo que ocurrió en la famosa fusión fría), a pesar de lo cual decidió la publicación.

Estos casos comparten características comunes. Se han producido todos en Estados Unidos, lo cual no resulta extraño dado que la mayor parte de los avances científicos se producen en ese país. Que se trate en todos los casos de laboratorios grandes y prestigiosos y que el número de científicos en cada experimento publicado sea elevado resulta más alarmante, mientras que el hecho de que todos los principales implicados sean extranjeros de origen lo es menos debido a la poderosa capacidad de contratación de la ciencia estadounidense. Por otra parte, prácticamente todas las revistas de primera fila, incluidas las de referencia en física, se han visto afectadas por estos casos sospechosos, aunque se han apresurado a proclamar que se encuentran indefensas frente a la falta de honradez. En el caso de Science, el caso de Schön le ha supuesto un problema añadido: un artículo suyo, cuya publicación avanzó en Internet en abril, no ha sido publicado en papel, se ha quedado 'en el limbo electrónico', como se ha encargado de airear su rival Nature, donde Schön publicó tres trabajos de superconductividad.

La definición de conducta inapropiada en ciencia aceptada internacionalmente se basa en los siguientes puntos: falsificación o fabricación de datos (el más grave), manipulación de gráficos y figuras, utilización de información falsa en solicitudes de fondos y de empleo, destrucción de los datos sin elaborar, sabotaje del trabajo de otros y plagio.

Ciclotrón de 88 pulgadas del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, donde supuestamente se observó el elemento 118. PLANO GENERAL
Ciclotrón de 88 pulgadas del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, donde supuestamente se observó el elemento 118. PLANO GENERALLBNL

Sucesos en biología y medicina

E l mundo de las ciencias naturales y la medicina está más acostumbrado que el de la física a enfrentarse a posibles fraudes y conductas inapropiadas. Famoso fue el caso del estadounidense Robert Gallo al intentar apropiarse de la identificación del virus del sida realizada por el francés Luc Montagnier. El mayor de los recientes fraudes en biología, detectado hace cinco años en Alemania, se cierra ahora con la imposición de normas éticas para la investigación en las universidades alemanas si quieren acceder a fondos públicos. Los posibles castigos para los culpables incluyen la retirada de títulos académicos. Una investigación de nada menos que dos años de duración sobre los 347 artículos científicos producidos por Friedhelm Herrman, hematólogo e investigador del cáncer en varios centros y universidades alemanes, confirmó hace dos años que 52 de los artículos contenían datos falsificados y que en otros 42 artículos existía la sospecha de manipulación de los datos. Herrmann, un científico conocido y prestigioso, estudió, entre otras cosas, la respuesta de diversos tipos de leucemia a las citoquinas, sustancias del sistema inmune. Los artículos se habían publicado en las principales revistas de su área y algunos de los coautores parecen haber cooperado en el fraude. Otros simplemente aseguran que pusieron su nombre sin intentar entender lo que firmaban porque estaba fuera de su especialidad concreta. Este tipo de falsa autoría, que suelen ejercer los maestros o jefes de laboratorio es uno de los grandes temas polémicos en la ciencia actual. En palabras de Wolfgang Gerok, presidente del comité investigador, 'este concepto de autoría es letal para la ciencia'. Como en el caso de Schön, se utilizaron los mismos gráficos, reciclados, para acompañar los resultados de experimentos distintos.

Los siete signos de desconfianza

Si resulta difícil para los especialistas detectar la falta de honradez de uno de los suyos, ¿cómo pueden los no especialistas separar, en un mundo en el que los avances científicos son tantos que la gente espera milagros, lo verdadero de lo falso, lo que explica cómo funciona el mundo de las tonterías fraudulentas presentadas como ciencia? Robert Parks, científico y escritor, ha identificado siete características de lo que denomina ciencia vudú que inducen a la desconfianza: - En los medios de comunicación Hay que desconfiar de los supuestos descubrimientos que se presentan directamente a los medios de comunicación sin pasar antes por el escrutinio de los colegas científicos. 'Los intentos de saltarse la evaluación científica rigurosa yendo directamente a los medios sugiere un deseo de obtener un beneficio rápido antes de que puedan ser expuestos los defectos del trabajo realizado', escribe Parks. Ejemplo paradigmático: la fusión fría de Pons y Fleischman. - La teoría de la conspiración Los descubrimientos revolucionarios que pueden cambiar el equilibrio de riqueza e influencia en la sociedad se supone que amenazan grandes intereses y que éstos intentan frenarlos por todos los medios, afirman sus autores. - En el límite Cuando un efecto está siempre en el límite de la capacidad de detección de los instrumentos utilizados es el momento de desconfiar. Si no se puede superar este límite, lo más probable es que el efecto no sea real. - Evidencia anecdótica Los científicos han aprendido a desconfiar de las pruebas anecdóticas, que sin embargo tienen un gran impacto emocional. Estas pruebas son del tipo: 'Yo conozco una persona a la que le fue bien el brazalete magnético X' y constituyen la base de las supersticiones. - Antigüedad Algo en lo que se ha creído durante mucho tiempo adquiere una pátina de respetabilidad aunque no tenga ninguna justificación científica. Es el caso de muchos aspectos de la medicina china. - Aislamiento La mayor parte de los descubrimientos se basan en el trabajo anterior de otros científicos con los que existe una comunicación fluida. Es muy difícil encontrar ejemplos reales del sabio aislado que hace un descubrimiento revolucionario, por lo que hay que desconfiar de los que, sin ser profesionales, enmiendan la plana a Einstein. - Nuevas leyes de la naturaleza A cualquiera que necesite nuevas leyes de la naturaleza o cambiar las actuales conocidas para explicar sus observaciones se le deben pedir pruebas extraordinarias de lo que está diciendo.

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