'El Museo de Bellas Artes de Bilbao tenía joyas escondidas'
Xabier Bray se sintió atraído desde su adolescencia por el arte. Estudió pintura española en Londres -'tuve un profesor muy bueno que enseñaba a El Greco y me atrapó'- e hizo el doctorado sobre el siglo XVIII. Su tesis versó sobre Carlos III como mecenas de pintura religiosa y 'los encargos que hizo a través de los pintores de su corte: Bayeu, Mengs, Goya...' Estuvo un año buceando entre papeles en el Prado y logró aprender castellano, 'pero del siglo XVIII'.
Tras doctorarse, regresó a Londres a trabajar en la National Gallery durante dos años. Fue asistente de Gabriele Finaldi, el conservador de pintura española e italiana del museo británico recientemente fichado por el director del Prado, Miguel Zugaza, como su subdirector de Conservación. A finales del año 2000, cuando Zugaza dirigía el Bellas Artes bilbaíno, llamó a Bray para ser conservador del mismo durante dos años. Ahora, ha regresado a Londres otra vez para ser asistente conservador de la colección barroca de la National Gallery. Su primera tarea es coordinar una exposición sobre El Greco.
Pregunta. ¿Cómo llegó usted hasta el Museo de Bellas Artes de Bilbao?
Respuesta. La primera vez que hablé con Miguel Zugaza fue por una exposición que hicimos en la National Gallery sobre Gentileschi, que primero se vio en Londres y luego viajó al Bellas Artes de Bilbao. Así fue como comencé a tener relación con Zugaza. Luego él me llamó para venir a Bilbao a cuidar la colección del Bellas Artes y hacer exposiciones. Me pareció una propuesta fascinante.
P. ¿Su trabajo en qué consiste exactamente?
R. Soy conservador, lo que incluye cuidar la colección, investigar sobre ella, y acercarla y comunicarla al público. También organizar exposiciones partiendo de la colección.
P. Usted organizó la muestra Mujeres impresionistas, que se clausuró el pasado febrero y que reunía obras de las pintoras Mary Cassatt, Marie Bracquemond, Berthe Morisot y Eva Gonzàles. ¿No era un poco irregular?
R. Elegí lo mejor que podía encontrar. Era la ocasión de sacar el cuadro de Mary Cassatt de que dispone el Bellas Artes y proponer un contexto. Quisimos mostrar la visión que tenían estas mujeres, que era muy distinta de las de los pintores impresionistas, más íntima, desde su propio mundo. Ellas aportaron mucho al movimiento impresionista, siendo mujeres, y eso es lo que se pretendía mostrar.
P. ¿Cuál fue su primera tarea en el Bellas Artes de Bilbao?
R. Revisar la colección entera, con la ayuda de los restauradores. En esa revisión sacamos cosas del sótano que nunca se habían mostrado.
P. ¿Cree que ha aportado una visión nueva sobre esos fondos?
R. De alguna manera, sí. Cuando alguien viene de fuera tiene otra manera de mirar. Y es verdad que yo venía con la mirada muy fresca, veía algo que me excitaba y ¡pum! inmediatamente lo sacaba del sótano.
P. ¿Cuál fue el resultado de esa revisión?
R. Recolgar la colección, sacar lo que nos interesaba y ponerlas en evidencia. Ahora en las salas hay pinturas que no estaban antes. El Museo de Bellas Artes tenía joyas escondidas.
P. Después de Mujeres impresionistas, ha preparado Vicente López, la invención de un cuadro de historia, una muestra que se puede ver hasta el 20 de octubre.
R. El cuadro de Vicente López es un depósito de un particular que, imagino, tiene la intención de que algún día el cuadro quede en el museo. Con la exposición se demuestra lo que se puede hacer con ese depósito.
P. El Museo de Bellas Artes de Bilbao posee una gran colección de arte vasco.
R. Sí, yo lo conocía a través de mi madre, que es pintora. Siempre sintió predilección por el Museo de San Telmo y por el Bellas Artes bilbaíno. Gracias a su influencia estoy aquí.
P. ¿Cree usted que la pintura vasca está poco reconocida?
R. Creo que hay que abrir la pintura vasca y ponerla en relación con cada época. Por eso, al recolocar la colección, hemos puesto a los pintores vascos junto a los de otros países, para demostrar que aquí se seguían las tendencias mundiales. Hay que abrir las puertas del arte vasco, como estaban abiertos los pintores al mundo cuando trabajaron.
P. ¿Hay muchas obras vascas fuera de Euskadi?
R. No. Fuera del País Vasco es difícil encontrar pintura vasca. En Madrid y poco más. A mí me encantaría poder atraer al público del Guggenheim para que descubrieran la colección vasca del Museo de Bellas Artes.
P. No va dejar de colaborar con el museo bilbaíno...
R. No, espero que no. Intentaré hacer proyectos conjuntos.
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