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Reportaje:FÚTBOL | El fichaje del jugador más famoso del planeta

"Vengo para ser uno más del equipo"

A su llegada, un Ronaldo dichoso pide un margen 'de 20 días' para estar en condiciones de jugar

...Y Ronaldo Nazario de Lima llegó a Madrid a las 15.10 del domingo 1 de septiembre de 2002. Por fin. Un pequeño reactor privado le trasladó desde el aeropuerto de Milan hasta el de la base militar de Torrejón de Ardoz. Al pie de las escalerilla le esperaba Emilio Butragueño, adjunto a la dirección deportiva del Real Madrid, para darle una fugaz bienvenida oficial e introducirle en un Audi oscuro con los cristales ahumados. Al volante, un empleado de Florentino Pérez, el presidente. A los lados, dos motoristas de la Guardia Civil con las sirenas aullando.

Y Ronaldo, vestido con una camisa blanca, sonrió y agitó, en un brevísimo fotograma, la mano de izquierda a derecha como un monarca en visita oficial. Después desapareció engullido por la velocidad de la autopista para reaparecer sentado a una mesa de madera en un rústico restaurante de la sierra norte de Madrid. Allí, después de comer la especialidad de la casa, el cordero asado, compartió una larga sobremesa, hasta las seis de la tarde, con su representante, Alexandre Martins; con su portavoz, Rodrigo Paiva, y con el director deportivo del Madrid, Jorge Valdano, entre otros. Después volvió a oscurecerse su imagen tras los cristales tintados de un Mercedes azul marino que le dejó, con equipaje y todo, a las puertas de un céntrico hotel de la capital.

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En el restaurante, el jugador sorprendió a la delegación madridista por su 'alto grado de conocimiento del fútbol y su sentido del humor'. En un momento de la comida, el goleador preguntó con curiosidad por el canterano Portillo. '¿Quién es ese chaval que mete tantos goles', inquirió. Mientras estuvo sentado a la mesa, recibió seis llamadas de sus antiguos compañeros del Inter. Jorge Valdano, que se levantó a abrazar al jugador, se quedó impresionado por su musculatura y le comentó: 'Eres de acero. ¿Llevas una coraza?'.

Antes de que el reloj cantase las tres y diez de la tarde, cuando el avión en el que Ronaldo escapaba de un Milan hostil para él, en el que cientos de aficionados queman los carnés con su rostro, sobrevolaba el espacio aéreo madrileño, unas 200 personas, la mayoría con cámaras de fotos o de vídeos en bandolera, esperaba en una de las salidas de la base militar. Algunos aficionados se apostaban también bajo la vertical del sol. Un chaval de 13 años, casi un doble de la estrella brasileña, con una camiseta del Inter, una gorrita negra de Nike, el pelo rapado, los dientes delanteros de gran tamaño y un pendiente minúsculo en una oreja, batía palmas cada vez que un automóvil abandonaba el recinto. Otros hinchas se arremolinaban junto a las cámaras de las televisiones. Esa masa de informadores y aficionados fue obligada a trasladarse unos metros e incluso uno de los guardias de la puerta hizo el amago de llevarse la mano al cinto, donde portaba la pistola, y le espetó a un cámara: 'Échate para atrás o te vuelo la cabeza'.

A las puertas del restaurante se reprodujo la misma escena. Niños del pueblo con camisetas y balones revoloteaban montados en bicicleta por los alrededores del aparcamiento, los fotógrafos se arracimaban los unos sobre los otros y los curiosos, como setas, emergían poco a poco.

Ronaldo, en un reservado de la segunda planta del lujoso local, empezaba a convencerse de su acierto de venir a Madrid a la vista de los aperitivos que precedieron al cordero lechal asado y al goloso postre de la casa. Valdano, sentado junto a él, se marchó unos diez minutos antes que el delantero. Quien no se encontraba junto al jugador era su esposa, Milene Domingues, que permanece en Milán, donde, según la prensa italiana, estuvo llorando más de dos horas por la marcha de Ronaldo a Madrid.

'Por fin estoy en Madrid. La verdad es que lo he pasado mal porque no llegaba el momento'. Ronaldo hizo un alto entre plato y plato de su primera comida madrileña para comentar en Real Madrid Televisión sus últimos temores por la demora del fichaje. También aprovechó para alabar a su nuevo presidente, Florentino Pérez: 'Este equipo es mérito del presidente, que tenía un sueño'.

Sobre las seis y diez de la tarde, la estrella brasileña salía por la rampa del aparcamiento del restaurante. En esta ocasión ni siquiera pudo esbozar un saludo, o, si lo esbozó, no se le pudo ver. Los cristales del Mercedes en el que se marchó junto a sus asesores y precedido por el jefe de seguridad del Madrid, Julio Sendal, eran completamente opacos. Precisamente por ese detalle, y porque otros clientes del restaurante, entre cuchicheos y risas, lo confirmaron, se supo que en ese coche viajaba Ronaldo. El vehículo, a pesar de lo estrecho de la salida, apenas se detuvo y, en su huida, una de sus ruedas aplastó el pie de un fotógrafo marcando sus huellas sobre la piel del zapato. 'Y, encima, no me ha salido nada en la foto. Sólo negro', se lamentó el hombre.

En ese mismo momento, Ronaldo trataba de concertar una cita con uno de sus amigos en la capital. Su amigo se llama Luis Figo. En principio, el astro tenía pensado compartir un café con el portugués y, de paso, ver la zona donde reside con vistas a adquirir una vivienda. No pudo ser. A esas alturas, la comitiva que perseguía a ciegas el coche fantasma de Ronaldo ya era de más de un centenar de informadores. Demasiado alboroto para Figo. La cita quedó pospuesta hasta las nueve de la noche. Pero la comunicación con Figo, ex compañero en 1996 en el Barcelona, no fue el único telefonazo de Il Fenomeno. También contactó con su compatriota Roberto Carlos.

'Creo que Roberto se alegra por mí y que también me quiere el resto de la plantilla', comentó el jugador, que aseguró venir como un buen chico para ser 'uno más del equipo. Soy una persona normal'. El brasileño reconoció que aún no está en forma y se dio 'unos 20 días' para poder jugar. El ariete, después de descansar un par de horas en su hotel, salió en dirección a casa de Figo. Después tenía previsto completar su primer día como madridista cenando con Florentino Pérez.

Al fin, Ronaldo cerró su jornada. Una jornada que había empezado 24 horas antes, cuando aguardaba, encerrado, en la sede el Inter, el visado definitivo para aterrizar en Madrid. Ya está. Por fin, Ronaldo Nazario de Lima, a las 15.10, llegó a la capital.

Florentino Pérez y Jorge Valdano..., durante las negociaciones del sábado.
Florentino Pérez y Jorge Valdano..., durante las negociaciones del sábado.C. ÁLVAREZ
Florentino Pérez , Sánchez Albornoz y Ramón Martínez..., durante las negociaciones del sábado.
Florentino Pérez , Sánchez Albornoz y Ramón Martínez..., durante las negociaciones del sábado.C. ÁLVAREZ

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