El regreso de dos alumnos de 'Operación Triunfo'

Estadio Santiago Bernabéu. Noche del 1 de junio. 30 grados centígrados de temperatura. Un joven con melena hasta la cintura, gafas de sol en la cabeza y traje de franela de tres piezas intenta entrar en la zona VIP (Very Important People). 'Es que soy el primo de Bustamante'. '¿De verdaaaad?'. Cuatro chicas con un insinuante escote se abalanzan sobre él y le interrogan sobre su primo.

La vida del académico de Operación Triunfo ya no es la misma. Tampoco la de sus familiares. El tren turístico que recorre San Vicente de la Barquera (Cantabria), localidad natal de David Bustamante, se detiene en el castillo del pueblo, en el casco histórico, y en la casa de los padres del cantante. El hogar de los Bustamante es ahora un lugar de culto, de parada obligatoria. De la de los padres del cantante desaparecen las plantas, la alfombrilla que da la bienvenida y hasta el tirador de la puerta. A cambio, una carta de disculpa, 'Lo siento. Me lo he tenido que llevar', y un número de teléfono, por si al artista le da por ahí y llama.

El tren turístico de San Vicente de la Barquera, pueblo natal del artista 'académico', tiene una nueva parada: su casa

En ese concierto del Santiago Bernabéu, Bustamante actuó junto a los restantes miembros de la academia televisiva. Esta noche tampoco irá solo al Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares. Chenoa y Bisbal son pareja en el escenario. Bustamante y Verónica, también. Juntos han conseguido convocar a 40.000 personas en Vigo y a 200.000 espectadores en los más de 30 conciertos que han protagonizado por todo el país, según cálculos que hace el propio Bustamante.

Los alcalaínos verán esta noche a un veinteañero que es igualito al de la televisión. Se exalta, se ríe a carcajadas y repite hasta la saciedad 'esto es una pasada'. Los miles de besos que recibe por la calle y los gritos de las fans le han subido la autoestima. Y no hay quien se la baje. Ni las críticas recibidas por cantantes que llevan años luchando por vender los discos que vende él, ni los que le imitan en programas de televisión han mermado su moral.

Ni siquiera la propia Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) puede con él aunque diga que, de toda la cantera de Operación Triunfo, él es el que menos futuro tiene: 'Estoy escribiendo mi destino con tinta dorada a través de mi trabajo. Cada uno tiene su opinión, y siempre hay alguien a quien no le gustas. Pero yo no me lo he encontrado'. Su mejor argumento se llama Julio Iglesias. Al cantante le gusta el estilo de Bustamante. 'Julio Iglesias es el más grande de la música española. Su opinión hay que tenerla en cuenta. Porque él canta, pero también sabe hablar'.

Otro argumento que utiliza Bustamante para afirmar que aún le queda mucho por cantar son sus millones de seguidores. 'Es un privilegio cuidarlos, poder darles besos y autógrafos. Sale de mí porque yo también tenía muchos ídolos. Soy el artista que más fans tiene. ¿Cómo no voy a tener futuro?'.

A los 13 años dejó de tener vacaciones para trabajar en la construcción. A los 16, ya era oficial. A los 18, oficial de segunda. Dos años después le ha puesto cara a un anuncio que promociona turísticamente su Cantabria natal. 'Soy un tío con mucha raza', sentencia.

Verónica, alicantina de 24 años, cuatro más que Bustamante, ha cumplido 'un sueño' que no sabía cómo realizar cuando trabajaba hace años en una peluquería, o cuando trabajaba de payaso, o mientras vendía pendientes dentro de su puesto hippie. Hace años venía a Madrid para comprar género y venderlo en el puesto. Ahora lo hace para subirse en un escenario y cantar ante miles de seguidores en Alcalá de Henares. Antes de triunfar, sólo se había acercado al mundo de la música a través de su flauta. 'Tengo unos admiradores maravillosos, que me ayudan mucho. Por la calle me dan besos, me dicen lo que ha significado para ellos un concierto, que han llorado, que han reído con nosotros'.

Después de cantar juntos en una treintena de conciertos, Verónica y Bustamante se adoran mutuamente. Él sólo dice piropos de ella: 'Es encantadora. Es un sol. Siempre se está riendo, es una partida [que se parte de risa] continúa. Es una gran artista. Es una máquina'. Ella, en cambio, es más moderada: 'Es muy agradable con la gente. Como pasamos mucho tiempo juntos, nos ayudamos. Hacemos las cosas siempre pensando el uno en el otro. David necesita y da mucho cariño'. Y tanto. Después de una breve conversación porque sus compromisos no le dan para más, se despide: '¡Que te quiero mucho!'.