La aventura gráfica de 'Myst' se sumerge en un mundo tridimensional

Si alguna vez se ha paseado por islas flotantes sólo concebibles en su imaginación, andado por puentes colgantes sobre el vacío sin alcanzar a ver de dónde cuelgan, montado en ascensores de diseño gaudiniano que le han elevado 1.000 metros hasta un fantástico palacio desierto o ha invertido varias horas en una sala de máquinas encajando ruedas dentadas para arrancar un artilugio que ni siquiera sabe para qué sirve, entonces usted ya conoce Myst. Se trata de una aventura gráfica creada en 1993 por los hermanos Miller desde su empresa Cyan, en la californiana población de Novato.

Por entonces la aventura gráfica era un género muy preciado que ennoblecía a la industria del videojuego por requerir un uso continuo e intenso tanto de los conocimientos adquiridos como de una inteligencia perspicaz. Desgraciadamente, hoy por hoy es el género más desatendido por parte de las editoras: su función principal es ganar dinero y por lo visto no se consigue vendiendo títulos a un público culto. En la década de 1990 empresas como LucasArts hacían su agosto con aventuras como Sam and Max y Monkey Island. De ahí que cuando Rand y Robyn decidieron explotar la tecnología que habían descubierto se inclinasen por crear una aventura gráfica.

Imagen de síntesis

Aunque la historia en Myst y sus posteriores secuelas, Riven y Exile, es pieza clave para entender el éxito de esta saga que lleva vendidas más de 10 millones de unidades, el primer paso que le lanzó a la fama fue la forma de presentar la acción. Los hermanos Miller descubrieron que generando una imagen de síntesis suficientemente grande cuyos extremos se tocaran, se podía forrar por dentro un balón virtual. Al situar el punto de vista en el centro del balón virtual y al aplicar un algoritmo matemático para corregir el efecto de perspectiva se conseguía una sensación de realismo y tridimensionalidad al tiempo que se ofrecía libertad total para mirar en todas direcciones.

Esta tecnología les ponía a años luz de lo visto hasta entonces, en especial de las otras aventuras en dos dimensiones. Pero decidieron ir más lejos.Vistas las posibilidades pusieron varios ordenadores Macintosh a trabajar con el programa Strata para sintetizar escenarios oníricos como los descritos al principio del artículo.

La historia de la saga Myst tiene como protagonista a Atrus, personaje interpretado por Rand Miller quien aparece filmado y sobrepuesto a la imagen de síntesis. Para ello se pintó el pelo con spray plateado para parecer mayor y superar el miedo a las cámaras. Atrus vive en D'ni y escribe libros a los que llama eras y que son interactivos. Se puede entrar en ellos, y Atrus los utiliza para enseñar conceptos básicos de la vida a sus hijos.

La aventura comienza para el jugador o cuando encuentra una serie de notas dispersas por el camino de un tal Atrus dirigidas a su mujer en las que le dice que ha ocurrido una desgracia, que le obliga a salir de la isla, y que le ha dejado un mensaje en la cámara junto al muelle.

La forma de resolver la aventura es armarse con papel y lápiz y apuntar todo lo que se observa, por insignificante que parezca, al tiempo que se dibuja un mapa de la zona para no perderse. La mayoría de datos recopilados acabarán usándose en uno de los múltiples y complicados rompecabezas del juego, que van desde jugar con espejos para que la luz apunte hacia un lugar a una hora concretos hasta encontrar extrañas combinaciones accionando las válvulas de una máquina de vapor que hay que aprender a hacer funcionar.

El éxito de ventas de Myst animó a Cyan a crear una segunda parte, llamada Riven, cuya elevada dificultad frustró al 80% de jugadores, que nunca consiguieron terminar la aventura. Tras asegurar que no habría continuación por haber perdido la ilusión en crear una tercera parte, los Miller permitieron que su editora negociara con su principal competencia, Presto Studios, creadores de The Longuest Journey, para que fuesen los encargados del nuevo capítulo. Así nacía Exile, en el que Rand Miller sigue interpretando a Atrus. Exile vendió 75.000 unidades en la primera semana de venta en Estados Unidos.