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Entrevista:Cambiasso | REAL MADRID

'ES TERRIBLE EL MIEDO A PERDER'

Cambiasso explica cómo tuvo que volverse a Argentina para entrar por fin en la plantilla

Diego Torres

Esteban Cambiasso se ha rapado al uno y habla con la prosapia bien aprendida de César Luis Menotti. Es el sucesor de una serie de jugadores cuyo origen se remonta al Argentinos Juniors, club del que salieron, entre otros, Maradona, Redondo y Riquelme. Cuando tenía 15 años lo fichó Lorenzo Sanz como si fuera un diamante en bruto. Pasó dos temporadas de frustraciones en la Ciudad Deportiva, malogrado en los filiales. Regresó cedido a la Liga argentina y allí completó su aprendizaje. Nunca pensó que regresaría al Madrid, en el que esta temporada, a los 21 años, puede convertirse en un jugador importante.

Pregunta. ¿Cómo reaccionó cuando le dijeron que se quedaría en el Madrid?

Respuesta. Cuando terminó la temporada en el River, tenía la expectativa de triunfar en el fútbol europeo, de hacer lo que alguna vez había soñado. Y cuando estaba todo cerrado para irme al Alavés, Jorge Valdano me llamó y me dijo que me buscara casa, que iba a pasar la temporada en el Madrid. Fue raro. Yo pensaba en solucionar mi situación con una venta a otro equipo.

'En mi posición, estar pendiente de defender es vital. Si de un gol que no es tuyo viene uno de ellos es gravísimo'

P. A los 15 años, usted se consideraba capaz de jugar en el primer equipo. ¿Pecó de ingenuo?

R. Sabía que iba a ser complicado, pero pensé que iba a ser bastante más directo, en el sentido de jugar en el filial y tener alguna posibilidad. Obviamente que cuando firmé, en 1996, no se me pasó por la cabeza que tendría que jugar cuatro años en otro país para volver por la puerta grande. Ahora me siento como recién fichado.

P. ¿Qué pretendió con su regreso a Argentina?

R. Cuando me fui, no lo hice con la intención de jugar para volver al Madrid. En el Independiente pasé tres años espectaculares. Fuimos subcampeones y me sirvió para debutar en Primera y consolidarme. El River fue la consagración. Salimos campeones. Pero cuando en el 98 planteé en el Madrid que me quería ir muchos pensaron que era un capricho. Que me quería volver a mi país. Yo me lo tomé como un desafío de triunfo. Quien haya dudado de mi decisión hoy me tiene que dar la razón. En el fútbol argentino no es nada fácil triunfar. Todo es mucho más desgastante. Todo lo que rodea al partido, las presiones que hay... El entrenador vive amenazado porque el campeonato es corto y si pierdes dos partidos seguidos ya te quedas lejos. Se genera un clima en el que la victoria no se disfruta. Si ganas dices: '¡Una semana tranquila!'. Eso hace que cada vez se vea un fútbol más feo. El miedo a perder es terrible. Pero pasa a nivel mundial.

P. ¿Qué papel jugó Menotti en su carrera?

R. Tuve dos entrenadores que me enseñaron casi todo lo que sé. Uno es Peckerman, que me tuvo en la selección argentina desde los 14 años hasta los 20, cuando ganamos el Mundial sub 20. El otro es Menotti. Llegué al Independiente con 17 años y tuve la suerte de tener a Menotti como técnico. Él confió en mí cuando yo estaba en el Segunda B, aquí en el Madrid. Me llevó y me puso directamente. Me dijo que jugara mal o bien, yo iba a ser titular.

P. En el filial del Madrid apenas jugaba. ¿Qué le vio Menotti?

R. Le habrá gustado cómo jugué en las selecciones juveniles. Y por eso pensó que, por más que estaba aquí, medio olvidado, el fútbol lo seguía teniendo.

P. ¿Es muy distinto el funcionamiento de un equipo en Argentina y en España?

R. El fútbol varía de acuerdo a las circunstancias. Aquí mismo no se juega de la misma manera si llueve o si el campo está seco. Allá se juega con un campo de hierba bastante más alta, donde la pelota va más lenta, y creo que eso es lo que le quita velocidad al juego. Pero tanto Peckerman como Menotti intentan jugar a uno o dos toques, con dinámica, y que corra más la pelota que los jugadores. Eso es lo que se intenta hacer en Europa, sobre todo en los clubes grandes, en los que los espacios, por como marcan los rivales, se te achican mucho.

P. ¿Es tan radical Menotti en sus convicciones? ¿Le regañaba por tirar pelotazos?

R. De lo que sí es un maniático Menotti es de tener la posesión y no perderla, aunque para llegar al área contraria hagan falta treinta toques. ¡Es completamente lógico! Pero él sabe muy bien que sólo con pases cortos no se llegue a la portería rival. El repudio total es al balón largo, a dividirlo y que no se sepa si tiene un dueño; a que en todos los saques el portero la pegue para arriba. Pero los balones profundos con destinatario lógico los permite; es más, los pretende.

P. Ahora suelta más rápido el balón que a los 16 años. ¿Usa mejor la pierna derecha?

R. Tratar de resolver lo más rápido posible, con la vorágine del juego en la zona de presión, sin perder tiempo, te hace usar las dos piernas. Lo más difícil es atreverse. Acomodarse para pegarle de derecha es lo más complicado porque generalmente se duda y eso te hace pegarle mal. Tampoco considero que use la pierna inhábil como se debe. Debo practicar.

P. ¿Qué piensa cuando se le compara con Redondo?

R. Lo tomo como un elogio. Soy consciente de que él tiene muchas cosas que yo no tengo y que tenemos formas de jugar distintas en algunos conceptos. Pero por alguna coincidencia es válido que nos comparen: los dos somos zurdos y salimos de la misma escuela. Yo me acostumbré a jugar en varias posiciones. Él tiene un lugar más fijo en el medio.

P. Usted llega más a gol.

R. Según. La llegada de un volante es importante siempre y cuando el equipo no quede descompensado. Aquí hay bastantes jugadores que pueden ganar partidos como para que encima nos sumemos más gente de atrás. En la posición que me toca jugar aquí, estar pendiente de defender es vital. Más por la manera que tiene el Madrid de jugar, buscando el partido y con muchos jugadores en el ataque desde distintas posiciones. No todas las pelotas que van al área rival son goles. Si de una que no es gol tuyo viene un gol de ellos eso es gravísimo.

P. ¿Su función no choca con la de Makelele?

R. Yo hablo de mi función; y es la de medio centro un poco volcado a la izquierda, donde no juega nadie fijo salvo el lateral. Porque Zizou se tira un poquito más al centro. Entonces hay que compensar hacia ese lado.

P. ¿Ocupa el lugar de Solari?

R. ¡Yo no estoy ocupando nada! Y contra el Roma probamos que podemos jugar juntos.

P. ¿Qué piensa de los rivales del Madrid en la Liga?

R. Es curioso que el Depor, el Madrid y el Valencia, los tres equipos que pelearon por la última Liga, hayan tenido medias punta con carisma: Valerón, Zidane y Aimar... Justo cuando ese puesto ha quedado un poco en desuso en el fútbol moderno. Más allá de eso, el Depor se ha hecho fuerte en casa y en la Supercopa se ha visto que está muy bien. No sé si el Barcelona ha salido reforzado con la llegada de Riquelme y la marcha de Rivaldo. Más allá del cambio de jugadores, ha sufrido cambios estructurales muy profundos. Ojalá nos beneficien... El Valencia es un equipo serio con un poco de desequilibrio en los tres cuartos. La base, no hay que ser necio, es la solidez defensiva y un poquito de la magia de Aimar.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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