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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Penck en su laberinto

Sumergirse en el mundo complejo y sencillo a la vez construido por A. R. Penck (Dresde, 1939) en sus obras nos permite conocer las motivaciones de uno de los artistas alemanes más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Los nueve acrílicos sobre tela, realizados en 1999 y 2001, que ahora se exponen en la Fundación Laxeiro de Vigo siguen estando habitados por los famosos pictogramas antropomorfos llamados por él mismo standarts. El primitivismo de raíz antropológica, el interés por la cibernética y la estética del graffiti conviven en unas obras que reflejan los temas y obsesiones de Penck.

Como es habitual en los grandes creadores, la adscripción de Penck a una escuela artística única supone una infravaloración de su obra. En las enciclopedias aparece como un representante del neoexpresionismo, encuadrado en el grupo de los Nuevos Salvajes junto a Georg Baselitz y Jörg Immendorf, pero su obra tiene demasiados matices como para permanecer enjaulada en una simple definición. En realidad, en cada cuadro construye un universo en miniatura en el que los signos, figuras y colores se entrelazan para emitir un mensaje. Es evidente la vertiente social de sus obras, en las que subyace una preocupación por conocer el destino del hombre.

A. R. PENCK. PINTURAS

Fundación Laxeiro Policarpo Sanz, 15, 3º. Vigo Hasta el 1 de septiembre

Las figuras de los cuadros de Penck parecen hallarse en un dilema permanente, como perdidos en un laberinto existencial en el que les resulta imposible encontrar la puerta de salida. Es fácil entender esta condición de los personajes creados por Penck si nos detenemos en la trayectoria vital de un hombre que fue testigo en sus primeros años de vida de los bombardeos aliados sobre Dresde y que abandonó su país en 1980 para vivir en la entonces República Federal de Alemania. Posteriormente, también vivió en Israel, Londres e Irlanda. Su vida parece determinada por las situaciones de búsqueda, elección y huida a las que también están abocados los protagonistas de sus cuadros. La ausencia de perspectiva y la proliferación de figuras esquemáticas no debe llevarnos a pensar que sus obras carecen de elementos extraídos de la realidad. Muy al contrario, el artista procesa ideas, vivencias e imágenes para acabar plasmándolas en escenas que exigen códigos distintos a los convencionales para su interpretación.

La Fundación Laxeiro tuvo muy en cuenta la afinidad de la obra de Penck con la de ciertas etapas del pintor pontevedrés para traer por primera vez a Galicia una exposición sobre uno de los artistas que tuvo mayor influencia en el movimiento Atlántica, que contribuyó a renovar el arte gallego en los años ochenta con nombres como Menchu Lamas, Antón Lamazares o Francisco Leiro.

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