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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

GARY MOORE INVOCA EL ESPÍRITU DE JIMI HENDRIX

El guitarrista irlandés ha formado el trío Scars y edita el disco más salvaje de sus cincuenta años de vida, que ha presentado en Londres y que en breve se editará en España

Diego A. Manrique

El disco echa humo. Se trata de un disco que evoca al Jimi Hendrix más desatado y lleva un título extenso: Scars is Gary Moore, Cass Lewis and Darrin Mooney. Lo de Scars (cicatrices) no es una referencia a la cara de Moore, antaño parecida a la superficie lunar, sino 'el resultado de utilizar un juego de ordenador, una especie de scrabble, que buscó palabras a partir de las letras de nuestros nombres'.

Más que el nombre, lo que choca es que Gary Moore (Belfast, 1952) haya facturado un disco tan feroz cuando acaba de cumplir los 50 años y ejerce de padre de familía. 'Me he pasado mucho tiempo peleando con las discográficas. Te dicen: 'Haz un disco de blues, haz luego otro de rock duro, haz algo que suene irlandés, haz una balada pop'. Ahora estoy con una independiente (Sanctuary, distribuida aquí por Dock) y me dan la libertad necesaria. Conviene que se sepa esto: aunque seas un artista que vende millones, tienes que pactar con tu compañía lo que vas a grabar'.

Antes de que el disco se edite, Scars ya ha probado su valor en combate: 'Tocamos en un festival de moteros en el Reino Unido, gente que quiere su música bien clarita y potente, y nos aclamaron'. Ayudó, claro, que el bajista del grupo, Cass Lewis, sea un motero. Lewis es un simpático gigante de pelos rasta, que conoció los escenarios españoles cuando formaba parte de Skunk Anansie: 'Por cierto, no sé qué pasa con las españolas y Lenny Kravitz. Me pasé aquel viaje explicando que yo no era Lenny; al final, era más cómodo firmar autógrafos con su nombre'. El tercer vértice del trío es Darrin Mooney, anteriormente con Primal Scream.

Recuerda Moore que, en los inicios del rock irlandés, hubo buenos tríos: 'Taste, Skid Row, Thin Lizzy... hasta U2 es un trío más un cantante. Veníamos de la tradición de las showbands, orquestas para bailes, y queríamos hacer mucho, mucho ruido'. Residente ahora en Inglaterra, no quiere hablar del presente de Irlanda del Norte. 'Voy a Belfast para celebraciones familiares y me asombra que todo siga igual. Menos muertos pero el odio entre comunidades sigue igual de bárbaro, ves incidentes miserables todos los días'.

Es comprensible que el guitarrista se sienta más a gusto hablando de música. 'El blues se ha convertido en música de virtuosos y no estoy seguro de que eso sea buena cosa. Me gustan más los experimentos sucios, lo que hizo la Jon Spencer Blues Explosion con R. L. Burnside. Hay una canción de Scars que habla de eso, es mi respuesta a aquel tema de Paul Butterfield, Born in Chicago. Yo no nací en Chicago pero toco blues que son igual de válidos. Si te descuidas, convierten al blues en una actividad académica, sólo apta para músicos puristas'.

Lo dice alguien que tocó -'de igual a igual'- con Albert King, B. B. King o Albert Collins. 'Pero también he estado en jams con The Grateful Dead o Led Zeppelin, cuando vivíamos el sueño californiano y tratábamos de romper los esquemas del blues'.

Gary Moore, en el centro, con los componentes de Scars.
Gary Moore, en el centro, con los componentes de Scars.

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