¿Flamenco? ¡Yo de eso no entiendo!
El disco libro 'Cante por cante' ofrece un método para distinguir los estilos, su compás, sus escalas y sus estrofas. Cae otro mito: el famoso desgarro jondo es matemática pura
Sabía usted que el América de Leonard Bernstein es una bulería? ¿Que el Epitaph de los King Crimson reproduce la escala andaluza? Para los que creen que el flamenco es sólo vísceras a flor de piel, venas hinchadas y quebrantos; para los que querrían distinguir qué estilo está cantando en ese momento el cantaor pero les da corte preguntarlo; para saber qué escala y qué compás marcan una soleá o una guajira; para que nadie tenga la excusa de decir que de flamenco 'no entiende'; para enterarse, en fin, de esas cosas que la flamencología ha procurado siempre omitir, ya está en la calle el disco libro Cante por cante, una guía sencilla y didáctica que ha escrito José Manuel Gamboa, diseñado Víctor Coyote, producido Julián Sanz y Álvaro Perales, editado Alía Discos y comprado, de momento, 15.000 personas, al precio de 19,50 euros.
Gamboa (Madrid, 1959) es cocinero y fraile a la vez: toca la guitarra (con la zurda) y escribe con salero de flamenco desde hace muchos años. Cuenta que la idea era resolver las dudas de la gente que le gusta el flamenco y quiere saber más, ya sea andaluz, de Navacerrada o Tokio. 'Siempre me había resistido a hacer una cosa así, porque lo suyo es aprender despacito, escuchando. Pero me parecía que era hora de desmontar algunos mitos y de ayudar a que la gente pierda ese canguelo injustificado al flamenco'.
Lo que hace Cante por cante es explicar la parte técnica del cante, sus reglas. 'Contra lo que pueda parecer, no es una música visceral: es matemática pura, una de las músicas más regladas. Cada estilo tiene sus cánones invariables, su compás, sus escalas. Y por eso los artistas no necesitan ensayar antes de actuar por primera vez juntos: con saber el tono al que canta el cantaor es suficiente'.
La preparación del método ha durado dos años. Se trataba de que fuera lo más accesible y profesional posible. Julián Sanz puso a cantar a los artistas de su escudería (Pedro Sanz, Miguel de Tena, Mercedes Cubero), añadió a Chaquetón, El Flecha y Talegón de Córdoba y les pidió que cantaran sin explayarse, ateniéndose a la estructura básica de los cantes. Salieron 16 estilos. 'Hay muchos más', dice Gamboa, 'pero sólo están los que se parecen entre sí, con los trucos necesarios para distinguir unos de otros'.
Después de una introducción y el cuadro de todos los estilos flamencos (Gamboa pide que no se use la palabra palo, 'que es fea y asusta') según su naturaleza musical (salen 23 variantes festeras y 33 serias), vienen las fichas de los cantes del disco. Cada uno con su escala (la armonía), su compás (el ritmo), sus estrofas (las letras más usuales) y las claves para distinguirlo. Así, por ejemplo, el fandango (la madre de todos los cantes) tiene escala bimodal (andaluza y mayor), compás ternario y estrofa en quintillas (con rima A B A B A). Ya lo saben.
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