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Reportaje:

Área de vuelo sólo para mariposas

Las severas condiciones de protección del mar de Ontígola prohíben sobrevolarlo o tener las persianas abiertas por la noche

La lista de lo que está prohibido hacer en el mar de Ontígola y en la finca contigua de El Regajal, en el municipio de Aranjuez, es larga, muy larga. Y muy exhaustiva. No se puede andar fuera de los caminos señalados, nadar o acampar, no se puede sobrevolar a menos de un kilómetro de altura, no se puede arrancar flores ni plantas, no se puede encender fuegos ni generar luz o destellos fuertes. Y no sólo eso: los vecinos de esta zona no pueden pintar sus casas de color blanco y deben bajar completamente las persianas de sus ventanas por la noche para que no salga de ellas ni un rayo de luz.

Pero todas estas prohibiciones tienen un buen motivo: las 630 hectáreas que conforman este antiguo embalse y la finca constituyen una de las reservas naturales más importantes de España en materia de lepidópteros (más conocidos como mariposas), de las que El Regajal posee 154 especies distintas de las 507 que existen en el país. También es una zona de interés para los ornitólogos, que disfrutan en la ribera de este mar ficticio de la presencia de especies como el aguilucho lagunero, los ánades reales o los zampullines chicos, así como de otros tipos de aves migratorias.

La Consejería de Medio Ambiente acaba de aprobar un nuevo plan de ordenación de esta reserva natural, que fue declarada como tal en 1994 y cuyo mar es en realidad una presa construida en la época de Felipe II con la intención de asegurar el abastecimiento de agua a los jardines del palacio de Aranjuez. El texto no es, en esencia, distinto al anterior, elaborado en ese año, pero sí hay prohibiciones que incluso a los ecologistas aranceños les han sorprendido: 'Lo de las persianas no lo había oído en mi vida. Pero tiene su lógica, porque las polillas se sienten atraídas por la luz durante la noche y se podrían quemar con el calor de las bombillas', señala José Gómez Moreno, miembro del grupo local de la Sociedad Española de Ornitología. Esta atracción hacia la luz es lo que justifica también el que las casas de la zona sólo puedan pintarse en tonos 'ocres, tierra, grises o verdes mates, en ningún caso blanco', según el texto del nuevo decreto.

En definitiva, es aconsejable que todo el que se acerque a la reserva se haga con una copia del nuevo decreto. De lo contrario, seguro que algo hará que sea sancionable. Y las multas pueden ser importantes. En 1993, un pensionista de 52 años fue multado con un millón de las antiguas pesetas por cazar y comerse un lagarto en una zona protegida de Chapinería, aunque posteriormente fue indultado por el entonces presidente regional, Joaquín Leguina. Y en 1999, en Granada, el fiscal llegó a pedir dos años de prisión para un pastor que recogió, para cuando sus niños 'estuvieran enfermos', 190 gramos de una rara especie de manzanilla en vías de extinción.

A pesar de todas estas prohibiciones, Gómez recuerda que el falso mar de Ontígola está ahora en peligro. Los sedimentos que transporta el río que abastece a la laguna, y en cuyo fondo se están depositando, pueden llegar a ahogar en poco tiempo a este humedal. 'Pero la consejería va a hacer una presa antes de la laguna para que los sedimentos se depositen allí en lugar de en el fondo de la laguna', señala el ornitólogo.

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