Una firma norteamericana fabricará los parquímetros de la capital

Los 1.200 parquímetros que se instalarán a partir de octubre en la capital ya tienen dueño. SchlumbergerSema, una empresa estadounidense experta en este tipo de aparatos, se encargará de proveerlos. Las firmas FCC, Ferrovial y Sufi-Setex, que fueron elegidas en junio por el Gobierno municipal para gestionar este sistema de aparcamiento, han contratado a su vez los servicios de SchlumbergerSema por siete millones de euros. Estos 1.200 parquímetros se ocuparán de controlar cerca de 40.000 plazas de aparcamiento. En 2003 se colocarán 1.800 parquímetros más.

Tras casi cinco años de retraso respecto a las previsiones municipales, Madrid será a partir de octubre una de las 3.000 ciudades en las que opera SchlumbergerSema que, en conjunto, gestiona dos millones de plazas de aparcamiento en todo el mundo. En ese mes, los parquímetros del modelo Stelio comenzarán a instalarse por los distritos de Chamberí, Moncloa, Centro y Retiro, dando servicio a 40.000 plazas de estacionamiento. Los aparatos tienen la posibilidad de funcionar con energía solar, y, según han informado fuentes de la empresa, su diseño es 'resistente al vandalismo y a las condiciones climatológicas adversas'. 'El modelo ha sido diseñado teniendo en cuenta la estética y su integración en el paisaje urbano de Madrid'. Los conductores podrán pagar en efectivo, con tarjeta de crédito o tarjeta anual y mensual. SchlumbergerSema tiene instalados 7.000 parquímetros en todo el país.

El Ayuntamiento quiere poner 120.000 plazas de aparcamiento a través de este sistema. Los parquímetros se instalarán en varias fases. La primera comenzará en octubre y cubrirá las 40.000 plazas citadas. Las restantes se irán colocando progresivamente en los próximos dos años. Llegarán por el norte, hasta la plaza de Castilla; por el este, hasta Ventas; por el sur, hasta Palos de Moguer, y por el oeste, hasta la Casa de Campo.

Estos aparatos sustituirán al actual modo de regular el aparcamiento en el centro, llamado ORA, incumplido por la mayoría de los vecinos.

El nuevo sistema repartirá las plazas de aparcamiento entre los residentes y los visitantes. Los primeros dispondrán para su uso alrededor del 75% de las plazas, y el resto será para los no residentes en el barrio. Los conductores que vivan en la zona sabrán dónde pueden estacionar su vehículo, porque los bordillos de las calles estarán pintados de verde. La parte azul será la que podrán utilizar los visitantes.

Zonas verde y azul

Las personas que no residan en el centro también podrán utilizar la zona verde, aunque durante una hora como máximo. La azul les da derecho a utilizar el estacionamiento durante dos horas. Y los residentes también podrán utilizar la zona azul, con las mismas condiciones de precio y tiempo que los conductores de paso.

Lo mínimo que pagará un visitante será 20 céntimos. Esto permite dejar el coche, como máximo, 20 minutos. Desde ahí, se seguirá pagando un céntimo por minuto transcurrido hasta la primera hora y media. A partir de entonces, se penalizará a los que más tiempo empleen, ya que la tarifa sube a razón de dos céntimos por minuto. El Ayuntamiento también ha establecido la llamada media hora de tolerancia. Si el conductor deja el coche aparcado dos horas y media (el tiempo máximo permitido es dos horas), tendrá que pagar una multa de tres euros. Pero si el ciudadano se excede de esa media hora, la multa será mayor, aunque la Concejalía de Hacienda aún no ha determinado la cuantía exacta de la sanción.

Los residentes tendrán que adquirir, para estacionar en la zona verde, una tarjeta anual que cuesta 21,6 euros. Aunque también podrán comprar otra, válida para un periodo de tres meses, que vale 5,4 euros. Con este sistema, los que viven en la zona tendrán que abonar más de lo que lo hacían con la ORA: 21,28 euros por la tarjeta anual y 5,32 por la trimestral.

Los parquímetros funcionarán de lunes a sábado, de nueve de la mañana a ocho de la tarde, aunque los sábados los conductores podrán aparcar sin pagar a partir de las tres de la tarde.

Una medida polémica

El Ayuntamiento aprobó el pasado mes de febrero, sin contar con el apoyo de PSOE e IU, la implantación de los parquímetros. El Gobierno municipal argumentó entonces que este sistema logrará que al menos 125.000 personas se abstengan de ir al centro en coche y se pasen al transporte público.

Sin embargo, los partidos de la oposición en el Ayuntamiento, PSOE e IU, calculan que los residentes, a partir de octubre, cuando comiencen a instalarse las 40.000 plazas contoladas por los parquímetros, tendrán 12.000 lugares menos donde aparcar. Con la ORA, los habitantes de la zona podían estacionar en cualquier sitio, pero ahora tiene reservadas el 75% de las plazas.

El grupo municipal de IU ha aportado datos para argumentar su postura basados en un estudio elaborado por el propio Ayuntamiento hace tres años: el 25% de las plazas que quedará en azul, para uso de los conductores de paso, quitará a los residentes más de 11.000 sitios: 6.400 en la primera fase y 5.500 más en la segunda fase.

La oposición también criticó en su tiempo que el Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el PP, se decidiera a encomendar la gestión de los parquímetros y, a la postre, la de los aparcamientos en las calles del centro a las empresas privadas. Tanto IU como PSOE reclamaron que el Consistorio se hiciera cargo del control de este sistema por medio de una empresa municipal, como la EMT.