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Un cámping de Tarragona expulsa a ocho familias gitanas clientes habituales

Ocho familias barcelonesas de etnia gitana abandonaron el pasado martes el cámping Nàutic de L'Ametlla de Mar (Tarragona), en el que veraneaban desde hacía nueve años, después de que la dirección del centro les instara a marcharse. La gerencia del cámping, que ha cambiado este año, argumenta: 'Las quejas de los demás clientes nos pusieron entre la espada y la pared'. Por su parte, un portavoz de los afectados interpretó los hechos como un claro signo de xenofobia.

Fuentes de la dirección explicaron ayer que han recibido varias quejas por el comportamiento de estas ocho familias gitanas y que se han visto obligadas a expulsarlas porque tenían 'que escoger entre ocho familias o 200'. Margarita Vila, encargada del establecimiento, admitió que se trata de 'una injusticia', pero aseguró que la presencia de estas personas 'no gusta'. Vila añadió que las quejas se referían en su mayoría al comportamiento de los afectados en espacios compartidos con el resto de los campistas, como los sanitarios o las piscinas.

Ramón Contreras, portavoz de las familias gitanas, explicó que este año el cámping ha cambiado de gerente y centra sus críticas contra la nueva administración porque en los nueve años que han acudido a esa instalación 'no ha habido ningún problema'. Contreras calificó el incidente de 'racista' y agregó que desde su llegada, el pasado viernes, la dirección les dispensó un trato discriminatorio al ubicar sus tiendas de campaña en parcelas situadas fuera del recinto.

Las ocho familias expulsadas denunciaron ayer el caso ante SOS Racismo con la intención de que se inicien diligencias contra la gerencia del centro por lo que consideran un acto de racismo y xenofobia. El colectivo presentará también una denuncia ante la Oficina del Consumidor porque cree que se han vulnerado sus derechos. La dirección del cámping, por su parte, también ha denunciado a estas familias por un presunto delito de agresión y amenazas.

Los propietarios del establecimiento han recibido el apoyo público del alcalde de L'Ametlla, Antoni Espuny (PSC), que ayer salió en su defensa asegurando que 'se han visto obligados a expulsarlos porque no respetaban las normas básicas de convivencia'. La formación Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), por el contrario, emitió un comunicado en el que pide a la Generalitat que investigue los hechos, que calificó de 'intolerables'.

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