La industria del móvil cambia de identidad

Uno de los sectores más afectados por la burbuja tecnológica ha sido el de la industria de la telefonía móvil. Todos los grandes fabricantes, como Nokia, Ericsson, Motorola, Alcatel o Siemens han visto cómo en los dos últimos años se desplomaban sus acciones y algunos han sufrido los peores resultados de su historia.

Pero además de esos efectos, la crisis ha tenido también como consecuencia una profunda transformación en la propia industria, que está abandonando casi completamente la producción, cediéndosela a gigantescas subcontratas, para centrarse en el diseño, la investigación de nuevos productos y servicios, y la imagen de marca. Este proceso, muy similar al que vivió la industria informática hace más de una década, ha tenido un primer efecto dramático en forma de despidos masivos y cierre de factorías. Pese a ello, los principales responsables de las filiales españolas de las grandes marcas piensan que la industria sobrevivirá y que pronto asistiremos a una recuperación.

Ese cambio de tendencia exige el despegue de la telefonía móvil de tercera generación (UMTS), la que permitirá la transmisión de imágenes y vídeos o descargarse archivos de Internet. Por el momento, sólo funciona con carácter de pruebas, aunque algunos experimentos son bastante prometedores, como el del Principado de Mónaco, donde se ha desplegado la primera red urbana de UMTS de Europa.