Atracción de Australia
En abril de 2001 nos visitaron en El Bulli los organizadores de Tasting Australia, uno de los festivales gastronómicos más importantes del mundo que se celebra cada dos años en la ciudad de Adelaida, en el sur del país. El motivo de su visita era invitarnos a participar en el encuentro para que pudiéramos dar a conocer la cocina contemporánea española dando dos conferencias y ofreciendo demostraciones. No lo dudamos ni un instante y 'convencimos' además a Juan Mari Arzak para que nos acompañara, ya que sabíamos de su interés por conocer aquel país. Durante cuatro meses nos estuvimos informando de todo lo relacionado con Australia, un continente que es tan grande como Europa, pero con sólo 20 millones de habitantes. El centro del país es desértico y está casi vacío, mientras que la mayoría de la población vive en la costa, en ciudades como Sydney, Melbourne, Adelaida, Perth y Brisbane. Lo que más nos fascinaba de este país desconocido para nosotros era la información que nos llegaba sobre la gastronomía en Australia, ya que mucha gente nos decía que era uno de los países que muestra más interés hacia todo lo relacionado con la cocina.
Había otro motivo por el que también nos hacía mucha ilusión ir a este continente. Habíamos conocido en Chicago al gran chef Tetsuya Wakuda y habíamos congeniado con él. Enseguida tuvimos claro que Tetsuya era uno de los cocineros con más sensibilidad que habíamos conocido hasta entonces. Por otra parte, habíamos visto fotos de recetas de Tetsuya y nos habían parecido que tenían algo mágico.
Y llegó el gran día... Barcelona-París, París-Singapur, Singapur-Melbourne, Melbourne-Adelaida. ¡Veinte horas de viaje! Pero al fin aterrizamos en Adelaida. Un representante de Tasting Australia nos llevó al hotel Hilton (que tiene la ventaja de estar puerta con puerta con el mercado, uno de los más encantadores que he conocido). Después de deshacer las maletas, nos llevaron al valle de Barossa, que es la región vinícola más famosa de Australia. Se encuentra a unos 50 kilómetros de Adelaida y fuimos en un tren de lujo llamado Barossa Wine. El viaje fue muy divertido, ya que empezamos a conocer periodistas de todo el mundo (noruegos, americanos, brasileños, japoneses...) y empezamos a darnos cuenta de lo importante que era Tasting Australia. Pasamos por distintos pueblos hasta llegar a Barossa, un valle donde conviven más de 50 bodegas. Su origen data del año 1842, cuando inmigrantes alemanes empezaron a plantar viñedos.
En Barossa nos dimos cuenta del cuidado con que el Gobierno australiano trata el mundo del vino. No sólo lo cuidan, sino que lo han convertido en un destino turístico. Durante el viaje en tren, uno de los temas de conversación con los periodistas era la nueva cocina española. Muchos de ellos estaban interesados en este fenómeno y les explicamos que todo era debido a que en los últimos años había surgido una generación de cocineros que había conseguido hacer una cocina con una personalidad propia. Añadimos que si esto ha sucedido es porque España tenía una base importante de cocina tradicional y de buenos productos y porque en los últimos años ha subido el nivel económico en nuestro país. Otro factor decisivo es la aparición de un público que ha convertido la gastronomía en un hobby. Muchos periodistas nos dijeron que tenían anotado en su agenda un viaje a España, lo que nos llevó a darnos cuenta de que los cocineros españoles empiezan a tener un nombre a nivel internacional.
En pleno valle de Barossa, llegamos al pequeño pueblo de Angastone y desde allí nos llevaron a la granja Park Follies, propiedad de las Bodegas Hutton, donde pasamos un día magnífico que explicaremos mañana.
(Con la colaboración de Xavier Moret).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.