Más de 600 kilómetros persiguiendo un sueño

Mientras se celebraban las pruebas de nivel para el X Curso Internacional de Danza de El Escorial, una joven ayudaba a los profesores a organizar el principio del curso. Gemma Pagés, de 19 años, participó en la prueba de ayer y será una de las alumnas del curso, pero también pedía silencio en nombre del profesorado a sus compañeros, que hacían calentamiento en los pasillos.

Esta joven barcelonesa es alumna del Instituto Superior de Danza Alicia Alonso, adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos, donde se recibe una enseñanza equivalente a una licenciatura universitaria. Hace dos años participó en este mismo curso de danza de El Escorial y se quedó en Madrid, dejando a su familia en Cataluña, a más de 600 kilómetros de distancia.

'Cuando vine hace dos años descubrí un mundo nuevo. Me tuve que pensar mucho el venirme aquí, por las condiciones económicas de mi familia y porque tenía que separarme de mi madre. Pero aquí me han ofrecido una oportunidad que no me han dado en ningún otro lado'.

Gemma lleva bailando 14 años, desde que tenía sólo cinco, y ahora recibe clases de Anatomía, Fisiología, Historia del Arte aplicada a la danza o Interpretación, entre otras, con muchos profesores de la Escuela Cubana. Por supuesto también está aprendiendo a bailar danza clásica, contemporánea y española.

Gemma Pagés quiere dedicar su vida a la danza, pero su futuro está en la enseñanza: 'Por eso estudio Pegadogía, para poder dar clases algún día'. En Madrid sobrevive gracias a una beca de residencia de la Comunidad, pero este año el Gobierno regional ha retirado este tipo de ayudas a los estudiantes. Gemma ve peligrar el sueño de su vida por dinero. Por eso ha solicitado una beca de movilidad a la Administración central. Éste es el único inconveniente de su pasión, su escuela y su futuro trabajo. A pesar de que está de vacaciones y que el resto del año no para entre asignaturas teóricas y prácticas, este verano seguirá bailando.