El nigeriano Femi Kuti hereda el espíritu indómito de su padre

Un proverbio yoruba recuerda que el hijo de un tigre sigue siendo un tigre. Y Fela Anikulapo Kuti, el padre de Femi, es una leyenda: creador del afrobeat, denunció sin tregua el colonialismo y la corrupción política de un régimen militar que arrasó su comuna de Kalakuta. El irreductible saxofonista casado con 27 mujeres, que tocaba con el torso desnudo y fumaba cantidades ingentes de marihuana, murió a los 58 años de edad. Femi Kuti (Londres, 1962) estuvo hace unas semanas en Madrid y ofreció una rueda de prensa de más de una hora. Un incendiario monólogo en el que apenas habló sobre música: la situación de Nigeria y África le absorbe y su denuncia resulta demoledora. Ni el viaje de Bono con el secretario del Tesoro de Estados Unidos para ver de cerca los problemas aplaca su ira.

'Diez familias estadounidenses, diez estrellas internacionales, con todo el dinero que tienen, podrían sacar a África del abismo. No hay que prestar dinero a los gobiernos. '¿Para que lo quieren? ¿Para carreteras? Muy bien, nosotros las haremos. Es la única forma de terminar con la corrupción de los líderes africanos. Cuando miro a mi alrededor me pregunto qué ha hecho África con su dinero todos estos años', afirma quien acaba de ser nombrado representante de Unicef para la lucha contra el VIH/sida.

Creció escuchando a Malcolm X, Martin Luther King, Lumumba y Sankara, y cree que a los líderes africanos les gustan los conflictos étnicos porque de esa manera el foco de atención se desplaza. 'Yo uso mi música para hablar de esas cosas', asegura. Nigeria: 128 millones de habitantes y 43% de analfabetismo. Según una ONG, el 60% de los niños y niñas en edad escolar no van al colegio. 'En cada calle encuentras iglesias y mezquitas siempre llenas. Hay discusiones y peleas entre cristianos y musulmanes. Nos sentimos inferiores, odiamos nuestra ropa... La religión ha sido el arma que occidentales y árabes han utilizado para sojuzgarnos'.

Femi Kuti no se siente seguro en la caótica y violenta Lagos de 11 millones de habitantes. 'Los jóvenes matan con una facilidad pasmosa. Ven lo que hay en Europa y Estados Unidos y están hambrientos de esas cosas. No hay motivación, ni una influencia positiva. Lo único que tienen es el deporte. Nadie piensa ya en ser médico, astrónomo...', dice. El único paseo que se permite es el que le lleva al aeropuerto camino de sus giras por Estados Unidos, Europa o Japón. The Shrine, club que fundó su padre, es su refugio. 'Quiero que haya una biblioteca, una radio que podría programar música clásica porque a la gente menos privilegiada podría gustarle si la escuchara. Este fin de semana, cuatro locales del madrileño barrio de Lavapiés han unido fuerzas en '5 años sin Fela', que incluye exposiciones de fotos y portadas de discos, vídeos y sesiones de DJ. Un homenaje al león indomable, uno de los héroes del continente negro.