Lo negro vuelve a estar de moda
En un reciente artículo, The New York Times hablaba del nouveau-noir, un nuevo renacimiento del género policiaco, a raíz de la nueva novela de George P. Pelecanos, Mejor que bien, que publicará Diagonal después del verano. El libro de Pelecanos, periodista, productor de cine, colaborador de los hermanos Coen, corre de boca en boca: es, dicen, un thriller brillante y salvaje que bucea en las zonas más oscuras de Washington, donde el racismo y el capitalismo implacable crean un mundo sin ley. Mientras llega esta prometedora historia, la cosecha que podemos disfrutar este verano alcanza a todos los gustos.
Empecemos por los norteameri
De Cuba llega Si Cristo te desnuda, una dura historia sobre sexo y droga en La Habana
Donald Westleake rinde homenaje a la Patricia Highsmith de Extraños en un tren con El gancho
canos. Marilyn la fiera (RBA) es la segunda novela de la serie de Jerome Charyn sobre el inspector neoyorquino Isaac Sidel. Las fronteras entre el bien y el mal se difuminan en esta historia que tiene como protagonista a la hija de Sidel, a quien ni su padre puede controlar. Magnífico retrato de un Nueva York donde el delirio y la imaginación se funden con la realidad.
Donald Westleake, todo un clásico, autor de novelas como Adiós, Sherezade, Un diamante al rojo vivo o Two Much, creador del maravilloso Dortmunder, publica El Gancho (Seix Barral), un homenaje a la Patricia Highsmith de Extraños en un tren. Un escritor de fama, pero al que se le ha acabado la imaginación, convence a un amigo, escritor que no logra triunfar, de que le pase el original de su próxima novela y se repartirán los beneficios. Con una condición: que asesine a su esposa. Lo mejor, la ácida crítica que hace del mundo editorial estadounidense.
Michael Connelly retrata en Luna funesta (Ediciones B) el mundo del juego y las mafias de Las Vegas. Cassie Black, una ladrona de guante blanco, está dispuesta a dar el gran golpe para iniciar una nueva vida, pero todo se tuerce.
Regreso a Breakheart Hill (Umbriel), de Thomas H. Cook, es una de las buenas novelas negras del año. En los sesenta, una joven es asesinada en un pueblo de Alabama. Aunque Lyle Gates fue juzgado y condenado, 30 años después el recuerdo de aquella tragedia sigue conmoviendo a los habitantes de Choctaw, especialmente a Ben Waden, el único que sabe la verdadera historia de lo ocurrido.
Harlan Coben lleva el suspense hasta la última línea de No se lo digas a nadie (RBA), una novela sobre la corrupción que puede contaminar toda una ciudad. Elizabeth fue secuestrada y despareció hace 8 años; David, su marido, empieza a recibir misteriosos mensajes que abren nuevas heridas. No parará hasta saber la verdad, aunque aparezcan viejos delitos, aunque le alcance a él mismo el pasado.
Andrea Camilleri no necesita presentación. La forma del agua (Salamandra) tiene el encanto de ser el primer caso y la primera novela del comisario Salvo Montalbano, que desentraña en Vigàta (Sicilia) la misteriosa muerte de un conocido político.
Su colega el comisario veneciano Guido Brunetti también tiene nueva novela, el Peor remedio (Seix Barral). Turismo sexual y tráfico ilegal de medicamentos caducados son los asuntos contra los que dispara en esta ocasión la escritora norteamericana afincada en Venecia Donna Leon.
Otro policía europeo, noruego en este caso, Konrad Sejer, protagoniza la tercera novela de Karim Fossum publicada en España, ¿Quién teme al lobo? Una anciana es asesinada y Errki, un entrañable joven esquizofrénico, escapado del psiquiátrico, es acusado de ser el asesino. Es una hermosa historia de terror y amistad.
De la otra orilla nos llega una
novela singular: Si Cristo te desnuda (Zoela), del cubano Amir Valle. Es la segunda entrega de una serie de cinco, protagonizadas por el policía Alain Bec. Lástima que la primera se perdiera en una quiebra editorial. En ésta, Valle nos descubre el mundo turbio de la droga y la prostitución masculina en La Habana. Bec pide una semana de vacaciones para investigar y la justicia, desde luego, no va por los derroteros habituales.
Y de este lado, La gran bruma (Espasa), de Juan Pedro Aparicio, segunda aventura del inspector Malo, en esta ocasión expedientado, pero trabajando para gran disgusto de sus superiores. Guiado por la enorme ironía de Aparicio, Malo se mete con el tenebroso mundo de las grandes finanzas y los poderes fácticos.
En Juez y parte (Espasa), Andreu Martín tiene como protagonista a un juez que se ve obligado a lidiar con los que mandan para esclarecer el asesinato de una prostituta. No siempre los más malos son los culpables.
Para quienes gusten de los clásicos, buenas noticias: un nuevo Simenon, En casa de los Krull (Tusquets), escrita en 1938, y en la que el escritor belga refleja la xenofobia y la tensión antialemana que se vive en una ciudad francesa. La nueva colección Clásicos Gimlet, con formato bolsillo, tapa dura y cinta separadora, se inaugura con dos títulos indiscutibles: ¿Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy, y La máscara de Dimitrios, de Eric Ambler.
Un verano para disfrutar de libros.
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