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CURSOS DE VERANO

La Fundación Mundial del VIH denuncia que el 94% de la inversión en investigación se materializa en países ricos

El secretario general de la Fundación Mundial para la Investigación en VIH/SIDA, Pierluigi Vagliani, denunció hoy que el 94 por ciento de las inversiones destinadas a la investigación de vacunas y tratamientos contra el sida se materializan en los países más ricos, donde tan sólo se encuentra el 4 por ciento de los enfermos en todo el mundo.

Así, resaltó la existencia de un diferencial Norte-Sur y aseguró que 100 millones de personas morirán hasta 2010 si las naciones más desarrolladas no aportan mayor inversión para el tratamiento y prevención de esta enfermedad.

En rueda de prensa tras intervenir en el encuentro "La investigación y transferencia en biomedicina" de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial (Madrid), Vagliani dibujó el escenario actual del Síndrome de Inmunodeficiencia, 20 años después de su descripción, y recordó que esta epidemia todavía no ha alcanzado su pico y "continúa diseminándose por todo el mundo".

El secretario general de la Fundación Mundial para el SIDA explicó que una de las causas de que el 95 por ciento de los 40 millones de afectados en todo el mundo se encuentre en los países más pobres se debe al hecho de que, mientras los enfermos se encuentran en las zonas del Sur, los tratamientos están en el Norte. Por ello, denunció que el 94 por ciento de la inversión se realice en los países ricos, donde tan sólo existe un 4 por ciento de población afectada.

Según manifestó Vagliani, en las zonas menos desarrolladas este tema no es sólo un problema de salud, sino que también afecta a la economía del país, puesto que incide en la población activa que dedica su actividad a la industria y a los sectores productivos, teniendo en cuenta que la franja de edad del 40 por ciento de afectados se sitúa entre los 15 y los 24 años.

El responsable de la Fundación afirmó que en los países ricos la opinión pública ya no ejerce presión política para fomentar la inversión en tratamientos, puesto que piensan que el SIDA se encuentra bajo control y es un problema de los países del Sur.

INVERSIONES PRIVADAS

También hizo referencia a la falta de inversiones privadas de laboratorios y empresas farmacéuticas, lo que atribuyó a la falta de beneficio que vislumbran estas empresas a la hora de invertir en los países más pobres, al tiempo que subrayó que la investigación de la enfermedad es cada vez más complicada por la existencia de numerosos subtipos y recombinantes del VIH mezclados en todo el mundo.

Según Vagliani, tampoco se puede universalizar un modelo de prevención ni se pueden "exportar mensajes de otros países", en la medida en que el SIDA viene asociado a las relaciones sexuales y, por tanto, tiene un fuerte componente cultural.

"Teniendo en cuenta estos datos, el problema puede volver a los países ricos de la forma más trágica en unos años", vaticinó tras señalar que si las zonas más ricas no ponen los recursos necesarios para dotar a las más pobres de infraestructuras y personal capacitado, alrededor de 100 millones de personas morirán de SIDA en todo el mundo hasta el año 2010.

FALTA DE COOPERACIÓN

Entre los obstáculos que, a su juicio, impiden estas iniciativas, se encuentra el hecho de que la enfermedad se trate mediante políticas bilaterales, lo que no fomenta la cooperación y crea rivalidad y condicionantes entre los países en cuanto a la investigación y el tratamiento. "Y en este campo no se puede perder el tiempo, muere gente todos los días", enfatizó.

También criticó el hecho de que se celebren anualmente conferencias regionales y nacionales sobre el SIDA, ya que, aunque las consideró útiles para establecer contactos y sensibilizar a los ciudadanos, "no es ésta la prioridad absoluta". "El dinero gastado en viajes y hoteles podría invertirse en otras cosas y seguro que hay alternativas de información que no sean reunir a 2.000 personas cada cierto tiempo", indicó.

En cuanto a las soluciones aportadas por la Fundación, Vagliani explicó que actualmente se están creando centros de tratamiento y prevención en los países en vías de desarrollo. Dijo que también se está trabajando en una vacuna pediátrica que impida la transmisión de madre a hijo, algo "fundamental" en zonas como África, donde anualmente mueren 600.000 niños afectados de SIDA.

No obstante, el presidente de la Fundación Mundial para la investigación del SIDA se mostró convencido de que el "trabajo, voluntad y capacidad" de los científicos más jóvenes conseguirán que esta enfermedad termine por desaparecer, aunque aseguró que "no será ni en uño ni en dos años", sino cuando "la ciencia nos lo permita".

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