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Reportaje:

Iberdrola hace caja a marchas forzadas

La eléctrica ha vendido activos por 1.700 millones de euros en los últimos nueve meses

Iberdrola está haciendo caja a marchas forzadas. En los últimos días ha vendido su red de alta tensión y sus empresas del sector del agua. Sus desinversiones en los nueve últimos meses suman 1.676 millones de euros y equivalen al 55,36% de las previstas por la compañía hasta 2006. El grupo cerró el primer semestre con un incremento del 6,5% en su beneficio neto y del 36,2% en su facturación.

El déficit tarifario resta 300 millones al resultado operativo presentado por el grupo en el primer semestre y 195 millones al beneficio neto

La urgencia en las desinversiones, que los responsables de Iberdrola justifican como un adelanto en el cumplimiento de los objetivos del Plan Estratégico 2002-2006, responde a la necesidad de recabar más recursos por esta vía, en un momento menos boyante de lo previsto inicialmente en el negocio eléctrico tradicional, para proseguir con sus planes de expansión en las actividades de generación, centrales de ciclo combinado y energías renovables, y distribución, en España, México y Brasil.

El grupo ha decido no levantar el pie del acelerador, pese a la hipoteca que supone para sus cuentas el retraso en la aprobación del nuevo marco tarifario. Está enfrascada en una reorganización estratégica para volver a centrarse en el negocio energético de electricidad y gas, tras sus veleidades de los últimos años en otros sectores, con el objetivo de duplicar sus ingresos y beneficios actuales en 2006.

A lo largo de este año, Iberdrola se ha hecho con el proyecto y los equipos de la central de ciclo combinado de Enron España en Arcos de la Frontera (Cádiz), por un importe de 319 millones de dólares, y con el proyecto de central de ciclo combinado de Abengoa, también en Arcos de la Frontera, y ha formalizado su entrada, con el 30% del capital, en la planta de regasificación de Sagunto (Valencia) promovida por Unión Fenosa. Unas inversiones adicionales a las comprometidas en la construcción de otras tres centrales de ciclo combinado (Cartagena, Castellón I y Castejón), que empezarán a operar este año, y en otras seis que lo harán en 2003 y 2004. También ha suscrito acuerdos de abastecimiento de gas y ha realizado fuertes inversiones en el negocio de distribución y en Latinoamérica.

Todas estas inversiones y las que se propone realizar en próximos meses -cifradas en conjunto en 12.000 millones hasta 2006- requiren fuertes recursos que estaba previsto financiar en el Plan Estratégico con el cash-flow generado (55%), con deuda (20%) y con desinversiones (25%). Las circunstancias del mercado han forzado a Iberdrola a acelerar la última vía.

El beneficio neto de Iberdrola ha crecido un 6,5% en el primer semestre, y su cifra de negocio, un 32,6%, pero la compañía reconoce que, al igual que en el primer trimestre, sus resultados no reflejan el llamado déficit de ingresos regulados (déficit de tarifas), en espera de un nuevo modelo regulatorio que fije el derecho al cobro de esta deuda. Si Iberdrola hubiese incluido el déficit de tarifas en su cuenta de resultados, el resultado operativo (EBIT) se habría reducido en 300 millones de euros, y el beneficio neto, en 195 millones de euros.

Las cuentas del primer semestre han includo además resultados extraordinarios por la venta de participaciones gasistas en América Latina (32,7 millones de euros) y por la venta de activos inmobiliarios (37,8 millones de euros). El resultado financiero se situó en una cifra negativa de 374,1 millones de euros, con un incremento del 9,2%, ligado en parte a la provisión dotada por la depreciación de su participación en Telefónica, que alcanzó los 123,6 millones de euros en el primer semestre de este año. La deuda financiera de la eléctrica también se ha incrementado en 782 millones de euros, hasta alcanzar los 11.566 millones, en este periodo.

Su paquete accionarial en Telefónica es uno de los activos no estratégicos e importantes de Iberdrola que todavía no ha enajenado (no se plantea vender, por el momento, su inmobiliaria Apex, que es una de sus empresas más rentables).

En sus cuentas del primer semestre están incluidas ya una parte de la venta de sus participaciones gasistas en Brasil y Colombia a Gas Natural, cerradas en abril por un importe de 155,2 millones de euros, y de su sede central y oficinas principales en las calles madrileñas de Hermosilla y Claudio Coello, cedidas en mayo por 97,25 millones de euros al Grupo Inmocaral. Unos meses antes, en diciembre, emitió bonos canjeables en acciones de Repsol YPF, por importe de 740 millones de euros, para salirse de la petrolera hispanoargentina.

Ancianos, red y agua

Las últimas ventas de Iberdrola se han registrado en junio y en las últimas semanas de julio. El mes pasado vendió a la aseguradora Sánitas el 50% que conservaba en el Grupo Gers, una de las principales empresas del sector de residencias de mayores en España, por 19 millones de euros. El lunes último, la eléctrica anunció la venta de 4.764 kilómetros de líneas de alta tensión a la gestora de fondos CVC Capital Partners por 577 millones de euros. El acuerdo, que contempla que la eléctrica siga utilizando la red durante 35 años y que no incluye los tendidos de fibra óptica paralelos a las líneas eléctricas, está pendiente del visto bueno de las autoridades y ha provocado enojo en el operador Red Eléctrica Española, que estaba interesado en la adquisición de esta infraestructura. Cuatro días antes, el 19 de julio, Iberdrola pactó con Thames Water (RWE) la venta del 75% de Pridesa y Ondagua, dos filiales dedicadas a la distribución y tratamiento del agua en España, por un importe de 94,5 millones de euros.

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