Carmen se fuma un puro polémico
La foto, como diría un jovenzuelo, es total. Una Carmen pelirroja, de inequívoco aspecto nórdico, aparece en la primera página de The Independent fumándose un puro en el escenario del teatro del Festival de Glyndebourne. No es otra que la mezzosoprano sueca Anne Sophie von Otter, que hace por primera vez en su vida el papel de la cigarrera. En tiempos de lo políticamente correcto, el escándalo ha surgido. Y más cuando la compañía tabacalera British American Tobacco ha colaborado con la bonita cifra de 320.000 euros para la producción dirigida en escena por David McVicar y en lo musical por Phillipe Jordan.
En el Reino Unido se fuma mucho y el altísimo precio del tabaco ha demostrado no ser disuasorio. Los de la British American han pensado que así lavan su mala imagen y que, en un país que no parece que vaya a dejar de fumar fácilmente, es preferible aliarse con la cultura. Este año en Glyndebourne, Audi ha patrocinado Don Giovanni y el Comendador no llega a la cena en coche, ni los personajes de Katia Kabanova, de Janacek, leen el periódico -la producción tiene el apoyo de Associated Newspaper Limited-, ni en Albert Herring de Britten -será el turno de Riggs & Company, una empresa de banca personal- aparecerá nadie con un fajo de billetes. El Festival de Glyndebourne ha hecho pública una nota en la que explica las cosas: necesita patrocinio, la industria del tabaco es legal en el Reino Unido y el patrocinador ha sido discreto y generoso. Ademas, en el estreno de Carmen, en 1875, se fumaba en escena.
Babelia
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