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Columna
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El búho

Cuando le vi por primera vez, en 1966, tenía ya el prestigio de ser una de las voces poéticas más originales y personales de Granada. El año antes había salido Mi corazón y el mar, editado por Veleta del Sur -colección fundada por él y Rafael Guillén-, y los ciudadanos con inquietudes literarias y políticas leían ávidamente sus colaboraciones en la prensa -Ideal, Patria, Hoja del Lunes-, buscando y encontrando, entre líneas, ironías y atrevimientos. Me apresuré a conseguir el libro mencionado y me encontré con que aquellos poemas, tan en deuda con Antonio Machado ('Señor, ya estamos solos/mi corazón y el mar'), tenían una tremenda, insólita fuerza. Poemas de amor y de desesperación, revelaban además un sentido del humor -humor punzante, amargo- realmente llamativo.

A partir de entonces seguí con fascinación tanto su carrera literaria como, a partir de la transición democrática, su etapa política (senador del PSOE por Granada en tres legislaciones). Hoy uno de mis mayores orgullos es ser amigo suyo. Y si lo proclamo en este momento preciso es porque el hombre, como suele hacer cada verano, acaba de abandonar sus pagos granadinos para ir indagando y disfrutando durante unas semanas por Europa, y no creo fácil que allí lea este diario en su edición andaluza.

Es incorregible. Nunca se ha preocupado de que le conozcan fuera de su ámbito sureño. Mantiene que le trae floja la fama. Creo que es así. Y dice que, a sus 73 años (increíblemente jóvenes), está resuelto a no cabrearse más, él que tanto se ha cabreado, y con razón, a lo largo de las décadas. El hecho, no obstante, es que su artículo semanal en Ideal, -presidido por un búho sentado encima de un capitel clásico, con el ojo bien abierto, avizor- es uno de los comentarios más mordaces y finamente satíricos que se pueda leer cada semana Despeñaperros para abajo.

Se le conoce sobre todo, en la ciudad de la Alhambra, como autor de un Informe deforme sobre la malafollá granaína, editado por la Caja Provincial en 1990 y que se sigue vendiendo como churros. Se trata de una disquisición desternillante acerca de dicha mentalidad, disquisición no exenta ella misma, como Dios manda, de unas pequeñas dosis del mismo veneno. Lectura altamente recomendable, en fin, para aliviar tedios veraniegos.... y para conocer mejor a los granadinos.

Acabo de recibir un ejemplar del próximo libro de este escritor que se obstina en guardar tantos manuscritos inéditos en sus cajones. A tus manos me entrego será sacado por Alhulia -la admirable casa salobreña- en noviembre. Además de una selección de los versos ya publicados, el libro contiene magníficos poemas no dados a conocer en su momento, así como otros estrictamente contemporáneos, donde su autor incide memorablemente sobre el cotidiano milagro de encontrarse todavía vivo, amante y amado, él, hijo de abogado republicano fusilado por masón y rojo, por haber inculcado a su hijo 'que ofendiera a los sacerdotes' -mentira- y por no tener cuadros de santos en su casa. En un día no lejano se sabrá -y no sólo en Granada- que estamos en presencia de un gran poeta. Poeta de corazón inmenso. Poeta necesario. José García Ladrón de Guevara. El búho.

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