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Gesto exige a los partidos unidad democrática frente a la violencia

Los pacifistas creen necesario reivindicar el Estatuto, pero aseguran que no es 'intocable'

El País

La coordinadora Gesto por la Paz cree que ha llegado la hora de poner fin a las políticas unilaterales que en los últimos tiempos se vienen proponiendo desde los partidos nacionalistas y constitucionalistas para la normalización y pacificación vascas. Para los pacifistas, es 'urgente' contrarrestar la violencia 'excluyente y totalitaria' de ETA con la 'recuperación o reconstrucción de nuevos consensos políticos'. Gesto cree necesario reivindicar la 'legitimidad' del actual marco jurídico político, aunque subrayando que ni el Estatuto ni la Constitución son 'intocables'

'Fuera de la democracia nada debe ser posible. Dentro de la democracia, todo puede llegar a ser posible'. Este es el lema básico de un documento que los pacifistas de Gesto han entregado en las últimas semanas a todas las fuerzas políticas del País Vasco y Navarra, a excepción de Batasuna, con el fin de reeditar el consenso político democrático para la pacificación vasca que presidió los años del Pacto de Ajuria Enea.

Los pacifistas de Gesto están persuadidos de que son fundamentales para la sociedad vasca las políticas transversales, los consensos en torno a lo que une a las formaciones democráticas: la defensa de los derechos humanos, la pluralidad y la democracia. Consensos que superen el contenido ético, para pasar al acuerdo político prepartidista y del que únicamente quedan 'autoexcluidos quienes niegan teórica o prácticamente esa dignidad humana fundamental, generando dolor y sufrimiento con su totalitarismo violento'..

A diferencia del lehendakari, Juan José Ibarretxe, los pacifistas de Gesto consideran que 'no todas las ideas, ni todos los proyectos' tienen cabida en la democracia, sino sólo aquellos que respeten los Derechos Humanos y no utilicen procedimientos antidemocráticos o violentos para defender sus postulados.

Fines y medios

En su propuesta, Gesto por la Paz recupera precisamente uno de los puntos fundamentales de la declaración realizada por los partidos del Pacto de Ajuria Enea en julio de 1997 tras el asesinato del edil de Ermua, Miguel Ángel Blanco. Aquel que apela a que quienes quieren construir un país pacífica y democráticamente deben realizar el esfuerzo de aclarar a la sociedad que ese país 'no puede ser nunca el mismo que el que pretende alcanzar ETA con su estrategia violenta. Como entonces dijo el lehendakari José Antonio Ardanza, a los partidos democráticos les separa no sólo los medios, también los fines.

En ese sentido, el dirigente de Gesto y catedrático de la Universidad Pública Vasca (UPV) Pedro Luis cree que no se puede hacer tabla rasa y 'empezar de cero' en la construcción del País Vasco. El documento menciona expresamente la necesidad de reivindicar el 'actual marco jurídico político, su legitimidad y sus virtualidades. Ellas han permitido avances muy importantes en el desarrollo de nuestra sociedad. Pero eso no significa defender su intangibilidad'. 'No son intocables, pero tampoco demonizados', dijo Arias, en alusión al Estatuto de Gernika y a la Constitución. De hecho, Gesto prevé que en el futuro 'este marco evolucione'.

El documento hace una denuncia específica de la violencia de persecución, término acuñado precisamente por esta organización pacifista, como un problema que mantiene a muchos sectores de la sociedad vasca bajo 'gravísimas amenazas a la vida y libertad' y que 'pone en juego nuestra libertad como sociedad y la viabilidad de nuestra convivencia democrática'. Gesto además realiza en el documento un reconocimiento especial a la labor de los políticos y su 'valentía' a la hora de desempeñar esta profesión 'con grave peligro para su integridad y la de sus allegados'.

Gesto ha señalado que en un primer contacto con los partidos vascos y navarros, han obtenido una 'receptividad alta' al documentos, aunque las formaciones han pedido tiempo para estudiar el contenido en profundidad. Pero, el objetivo urgente de recuperar los consensos políticos básicos ha obtenido una respuesta desigual. Los partidos más afectados por la violencia de persecución (los constitucionalistas) han transmitido que en 'estos momentos' la prioridad son políticas para defender a las víctimas de esa violencia. Y otras formaciones han apelado a la necesidad de mantener de seguir defendiendo políticas de 'carácter unilateral' ante el actual momento político.

Gesto tiene previsto remitir un documento, 'con otro tipo de contenidos', a Batasuna.

Razones para la llamada a la unidad democrática

- Todos los partidos políticos deben aceptar que no favorecen a la estrategia de la violencia terrorista, ni quienes realizan propuestas autodeterministas mediante procedimientos democráticos y pacíficos, ni quienes defienden los actuales marcos políticos como los más adecuados para regir la convivencia. Así, por ejemplo, resulta muy necesario que se realice el esfuerzo de mostrar que el país que se construye pacífica y democráticamente, no puede ser nunca el mismo que el que pretende alcanzar ETA con su estrategia violenta. Las diferencias no se sitúan sólo en los métodos, también los fines perseguidos deben diferir sustancialmente entre quien defiende un futuro construido en paz y por procedimientos democráticos y quienes siguen amenazando y asesinando. - Todos los partidos políticos deben renunciar a dotar de un plus de legitimidad o de eficacia a sus propios proyectos políticos, con respecto a la violencia. Pretender que más soberanía o más firmeza en la defensa del actual statu quo, traerán la paz, es conceder a la violencia la capacidad de distorsionar y condicionar el debate político. La defensa de los diferentes proyectos políticos debería basarse en el convencimiento argumentado de que son los más adecuados para esta sociedad y su actual riqueza identitaria. - Todos los partidos deben aceptar que es tan legitimo analizar la realidad política vasca con el convencimiento de que en ella existe un conflicto especial, como defender que la sociedad vasca presenta el mismo tipo de conflictos que otras sociedades en las que no ha surgido el fenómeno de la violencia terrorista. Aunque en ningún caso se pueda ni se deba explicar o justificar el recurso a la violencia. - Finalmente, todos los partidos políticos nunca deben olvidar quién es el responsable del ejercicio de la violencia. El final de ésta llegará cuando quienes persistan en su ejercicio desistan. No por ello debemos renunciar a llevar a cabo cuantas iniciativas contribuyan a minimizar su impacto en la sociedad, articular las medidas policiales y judiciales necesarias dentro del estricto estado de derecho, extender una cultura de la paz, deslegitimar el uso de la violencia y construir los consensos sociales y políticos que anulen la intolerancia terrorista.

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