Genio contra voluntad
Sopló con fuerza el viento y se convirtió en un enemigo añadido para los tres jóvenes espadas. El molesto viento por un lado y el genio y hasta cierta violencia en los novillos de Manolo González, fueron una prueba de nivel para los toreros, que burlaron ambas circunstancias con voluntad y hasta agunas dosis de acierto.
No fue fácil la novillada, tampoco imposible, pero a novilleros tan inexpertos les parecería más complicada de lo que en realidad fue. El mejor parado, y el más brillante, fue David García. Este alumno de la Escuela Taurina de Valencia tiene personalidad, además de un claro sentido del temple y un evidente gusto por el buen toreo. Su primera faena mantuvo esas virtudes, aunque en ocasiones perdiera lustre tanto por la flojedad del novillo como por el fuerte viento. Fue una faena salpicada de detalles, sin rematar pero de muy buen concepto.
González / El Javi, Bernal, García
Erales de Manolo González, bien presentados, con genio y violentos en el último tercio. El segundo se dejó por el pitón izquiedo y el tercero fue el más noble de los seis. El resto planteraron serias complicaciones en la muleta, además de presentar escasa condición física.El Javi: media fulminante, oreja; media tendida, trasera y baja -aviso-, se demora con el descabello -segundo aviso-, pinchazo y dos descabellos. Saludos. Francisco Javier Bernal: dos pinchazos, entera que hace guardia -aviso- pinchazo y dos descabellos. Saludos; casi entera, dos pinchazos y entera baja saludos. David García: estocada baja, oreja; entera -aviso-, y descabello, oreja. Plaza de Valencia, 19 de julio, primera de feria. Menos de media. Sopló con fuerza el viento.
Al sexto lo saludó hasta con cinco largas de rodillas, en cinco puntos diferentes del ruedo, tal era la distracción del eral. Otra vez el viento y la condición de un novillo que sólo tenía medio viaje, le impidió montar una faena que volvió a presentar buen gusto. En esta ocasión la voluntad estuvo por encima de cualquier otra virtud. Pero la apuesta por el buen toreo la volvió a dejar en el ruedo.
El Javi es novillero veterano en estas lides. Se le nota la experiencia y los recursos que utiliza para solventar la papeleta. Su primera faena fue larga y de chico espabilado ante un eral corto de embestida. El cuarto, muy descompuesto y con genio, le puso más complicada la faena. No terminó de acoplarse El Javi en una labor de pelea, de muletear entre las piernas con el objetivo principal de salvar la violencia del animal. Fue una lucha entre listos: por un lado el eral y por otro el novillero.
El peor lote, con diferencia, fue para Francisco Javier Bernal, alumno de la Escuela Taurina de Alicante. Sacó genio su primero y Bernal pasó agobio en la muleta. Ese novillo descubrió, no obstante, un buen pitón izquierdo y por ahí lució más una faena que acabó muy desigual. El quinto aún se lo puso peor, distraído y muy corretón además de dolerse descaradamente en banderillas, sacó violencia y peligro en la muleta. Buscaba el bulto el novillo y Bernal, entre apuros y una seria voltereta, muleteó con voluntad. El alumno de la Escuela de Alicante suspendió en una de las asignaturas más importantes: la espada. Presenta muy deficientes formas de entrar a matar y por ello perdió en su primero un premio mayor.
Los dos alumnos de la Escuela de Valencia, sin ser grandes estoqueadores mostraron mayor habilidad a la hora de manejar la tizona. Con el capote estuvieron muy variados y ofrecieron quites de diversa condición.
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