'No seremos motor de Europa si no se invierte en investigación'

Recién elegido presidente del Institut d'Estudis Catalans (IEC), Josep Laporte, de 80 años, está pendiente de reunirse con el presidente saliente, Manuel Castellet, para que le ponga al corriente de la situación financiera de la institución académica, que asegura desconocer. Con un equipo formado por el químico Salvador Alegret, el sociólogo Salvador Giner y el historiador Antoni Riera, el ex consejero de la Generalitat y ex rector de la Universidad Autónoma de Barcelona asegura que dará 'un nuevo impulso al IEC' y aumentará su 'proyección social' y la 'autonomía' de sus cinco secciones.

Pregunta. Después de ganar las elecciones insinuó que algunas secciones no trabajaban suficientemente. ¿A qué se refería?

Respuesta. El IEC ha hecho una labor muy digna, pero la cantidad de gente que hay en él y en las sociedades filiales se puede aprovechar más para el bien del instituto mismo y del país. La sección filológica hace su trabajo y se ocupa de la lengua con la colaboración de las otras secciones. Éstas hacen muy bien su labor en el terreno de la catalanidad. Pero hay otro papel, el de ejercer de asesor de los poderes públicos y de expresar opiniones sobre temas determinados, en el que se puede profundizar más. Por ejemplo, en el terreno de la investigación, porque tanto Cataluña como España están en la cola de la Unión Europea en este campo. En este sentido, el IEC debe concienciar a administraciones y a empresas. Presumimos de que Cataluña es uno de los cuatro motores de Europa, pero no lo será de verdad si no se invierte más en investigación. De igual manera, el IEC debe hacer un planteamiento de estudio serio e intersectorial de problemas como el peso del catalán en Europa y de la demografía, tanto desde el punto de vista del crecimiento vegetativo como de las migraciones.

P. En su programa habla de una 'evaluación de las acciones emprendidas', pero también de aumentar la autonomía de las secciones.

R. El presupuesto del IEC siempre será insuficiente, por lo que los recursos disponibles tienen que administrarse con el mejor rendimiento. Por otro lado, hasta ahora las secciones estaban muy sujetas a la presidencia. Y tanto éstas como las sociedades filiales pueden desplegar más su potencial, lo que pasa por que tengan más libertad de acción y por disponer directamente de los recursos.

P. Una de las críticas que se han hecho a la anterior presidencia ha sido el retraso en las publicaciones. ¿Qué piensa hacer en este campo?

R. Muchos miembros y presidentes de las sociedades filiales se me han quejado porque muchas veces la corrección de los textos en catalán puede retrasar una publicación entre seis y nueve meses. No sé cómo se arreglará, pero no puede ser que un trabajo científico esté nueve meses encima de una mesa porque pierde actualidad.

P. ¿Todo esto pasa por aumentar los recursos del IEC?

R. Desconozco cuál es la situación financiera del Institut, aunque sé que se ha hecho un esfuerzo muy importante en la rehabilitación de la sede. La Generalitat está contribuyendo de una manera positiva y el Gobierno del Estado patrocina determinadas actividades. Pero las demás administraciones públicas de los territorios de habla catalana, en los que el IEC tiene competencias en virtud del decreto de 1976, también tendrían que contribuir con subvenciones. También insistiremos con las cuatro diputaciones catalanas y entre las empresas.

P. Los resultados de las elecciones han evidenciado una polarización en el IEC. ¿Afectará esto a su presidencia?

R. Sólo me presenté porque me lo pidió mucha gente y muy diversa, tanto desde el punto de vista académico como ideológico porque al haber estado en el Gobierno de Pujol se me podía considerar un submarino de Convergència. Quise ser un candidato de consenso y en parte lo he sido y en parte no. Espero que este consenso se amplíe aún más a partir de ahora.