'Conmigo no habrá tierras improductivas'

Es el sindicalista más famoso de América Latina. Creó el Partido de los Trabajadores (PT), que es también el partido más fuerte de izquierdas de Latinoamérica. Es un ex metalúrgico que perdió un dedo de la mano en la fábrica. Su única universidad fue la vida. Ha sido el defensor del Movimiento de los Sin Tierra. Se presenta por cuarta vez a las presidenciales. Y esta vez con traje oscuro de marca y corbatas de ejecutivo. Ha cambiado de imagen y de discurso. En estas elecciones, los radicales marxistas de su partido le critican el que haya cambiado demasiado de chaqueta. Está dialogando sobre todo con los empresarios e industriales. Está intentando convencerles que con él habrá más inversiones extranjeras en Brasil, pero 'sólo productivas', y que ellos deben ser los más interesados en una mejor distribución de la renta para que esos 30 o 40 millones de pobres puedan sumarse al mundo de los consumidores. Tendrá en contra a los grandes lobbies del capital financiero y de los terratenientes, ya que ha afirmado claramente que una de sus primeras acciones de gobierno, si gana, será la nunca realizada reforma agraria donde una persona es capaz de poseer, improductivas, hasta seis millones de hectáreas de tierra.

Esta vez Lula está siguiendo los pasos de Felipe González en España presentando 'un cambio ilusionado' para Brasil. Es el más carismático de los cuatro candidatos, pero la clase media aún le tiene miedo. Tiene el 35% de los sufragios, según sondeos.