Cuarteto espectacular
El cuarteto del tiempo, a punto estuvo de transformarse en cuarteto del viento en una noche madrileña fría y desapacible. Siempre es una experiencia interesante tocar al aire libre, aseguró David Harrington con una sonrisa, mientras luchaba por mantener sus partituras sujetas en el atril. El de Jennifer Culp, la chelista que hace tres años ocupó la silla de Joan Jeanrenaud en esta formación estable desde 1978, oscilaba peligrosamente. Y pasar cada página se convirtió en una ingrata tarea.
Aunque parezca mentira era la primera vez que se presentaba en Madrid el más innovador y heterodoxo de todos los cuartetos de cuerda contemporáneos. Hasta en el vestir: Harrington llevaba una cazadora negra de cuero sobre una llamativa camiseta roja con motivos psicodélicos.
Kronos Quartet
David Harrington (primer violín), John Sherba (segundo violín), Hank Dutt (viola) y Jennifer Culp (chelo). Patio Central del Conde Duque. Madrid, 14 de julio.
Del cuarteto de cuerda, que fue descrito por Goethe como una amistosa conversación entre cuatro interlocutores inteligentes, uno espera a Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Brahms o Debussy. Con el Kronos Quartet es perfectamente posible que se incorporen a la cita Jimi Hendrix y Bo Diddley. Este concierto, por ejemplo, finalizó con Misirlou Twist, un éxito del guitarrista de surf Dick Dale.
Nuevo disco
La primera parte la ocuparon obras de su disco Nuevo, de temática mexicana: El sinaloense, original de 1943 de Severiano Briseño, que el Kronos descubrió en una grabación de la Banda El Recodo con Juan Gabriel como intérprete solista; las líricas Se me hizo fácil (1959), de Agustín Lara, y Perfidia (1939), de Alberto Domínguez; la dramática Sensemaya, de Silvestre Revueltas, sobre la muerte del poeta cubano Nicolás Guillén.
Una composición del argentino Osvaldo Golijov, inspirada en un canto religioso de los indios de Chiapas, aportó el contrapunto erudito al lenguaje más popular. También sonó la extensa 12 / 12, que compuso para ellos Café Tacuba. Y es que igual le piden material a un grupo mexicano de rock que a una compositora azerí de formación clásica.
El Kronos no duda en usar en directo grabaciones de sonidos callejeros o de un programa humorístico de televisión. Para la segunda parte quedaron su adaptación de una canción de un grupo pop islandés y una obra densa y enérgica, de armonía disonante, muy influenciada por Béla Bartók, que Steve Reich creó para Kronos Quartet: Triple quartet. Si alguien acaso se aburre con los cuartetos de cuerda de toda la vida que pruebe con los muchachos del Kronos. Son realmente otra cosa.
Babelia
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