'Veo con tristeza cómo la televisión abarata nuestro oficio de actor'

El actor y director José María Flotats (Barcelona 1939) vuelve al teatro del que, por primera vez en su vida, ha estado separado más de un año. A principios de otoño estrenará en el teatro Bellas Artes de Madrid, París 1940, espectáculo basado en diversos textos del actor, ensayista y director Louis Jouvet (1887-1951), y de una estructura similar al que ya montara en 1993 en Barcelona y con un notable éxito, con el nombre de Tots assajant Don Juan (Ensayando Don Juan). Se trata de un espectáculo que Flotats está preparando estos días y que trata de explicar porqué los actores ejercen ese oficio, cómo son, cómo trabajan.

París 1940 recoge toda la filosofía de la enseñanza de Jouvet, en cuya escuela se hacía una importante distinción entre el actor y el intérprete. 'El actor es aquel que coge el personaje y lo acerca hacia él, se viste del traje del personaje y el intérprete es el que va hacia el personaje, el que intenta ser poseído por la espiritualidad y el sentimiento del personaje. Es algo que tiene que ver con el parecer y el ser, por eso votamos tantas veces equivocadamente a los políticos, porque creemos que son y sólo lo parecen', señala el director y actor.

La obra 'París 1940' es un homenaje a Louis Jouvet y a Adolfo Marsillach

Flotats se adentra en este proyecto empujado por un deseo de hacer algo intimista. Tras su paso por el mundo de la ópera (estrenó Così fan tutte, de Mozart en el Teatro Real en diciembre de 2001), desea no hacer concesiones al mercado y afrontar, según él, 'textos potentes, de calidad dramática y rigor profesional, por humildes que sean los medios con los que se trabaje'.

Es algo que Flotats echa en falta en los teatros: 'Aunque siempre hay excepciones, veo con tristeza cómo están las carteleras de nuestro país y sobre todo el espectáculo terrible que nos está dando la televisión, con ese abaratamiento de nuestro oficio'.

Confiesa haber tenido, durante su larga trayectoria profesional, una biblia a la que vuelve una y otra vez. Se trata del libro Le comédien Désincarné (El actor desencarnado) (Ed. Flammarion), de Louis Jouvet, al que Giorgio Strelher llamaba maestro y que, en opinión de Flotats, 'dejó una herencia artística que hoy es un referente indiscutible'.

El actor y director que triunfó con Arte, de Yasmina Reza, durante dos años, dice que vuelve a dirigirse al mismo público que le vio entonces: 'Creo que el texto de Jouvet es importante para que el público, tanto el que va mucho al teatro como el que no, sienta cuál es la dificultad, la grandeza y la belleza de este oficio que no siempre es una cosa tan barata como a menudo se ve'.

Flotats rememora aspectos de la vida de Jouvet y cuenta cómo éste dejó su carrera de farmacéutico para convertirse en actor, director, escenógrafo, estrella de cine, ensayista, pedagogo (a partir de 1937 entró en el Conservatorio de Arte Dramático de París a dar clases) y descubridor de grandes autores contemporáneos suyos como Giradoux: 'Pertenecía a un equipo de profesionales que renovaron el teatro francés de la primera mitad de siglo, introdujo un nuevo estilo interpretativo, una nueva escuela basada en un teatro no manierista, ni engolado, de dramaturgia austera, que va a lo esencial, que trata de introducir la verdad del sentimiento, la sinceridad interpretativa'.

Un hombre, Jouvet, que a diario escribía sus experiencias teatrales, aunque Molière y la Comedia Clásica, obra póstuma en la que se basa París 1940, se publicó gracias a que su secretaria tomó en taquigrafía varias clases y reflexiones del director, entre ellas las que tuvo con su alumna Claudia, cuando trabajaron el Don Juan, de Molière, obra que Flotats ha interpretado tres veces con distintos directores.

El papel de Doña Elvira lo hará la actriz Mercé Pons, con la que Flotats ya trabajó en su anterior versión de esta obra. 'En el transcurso de esas supuestas clases está el argumento de París 1940, toda una excusa para hablar no sólo del oficio, sino también de la condición humana, de la vida, del sentimiento, del París de la ocupación, la ética del oficio, la construcción del personaje y muchas cosas más', afirma.

París 1940 será, por deseo de Flotats, un homenaje a Jouvet en memoria de Marsillach: 'Adolfo era un amigo y sobre todo un maestro en todo ese anhelo de perfección, implicación, servidumbre y disponibilidad al servicio del teatro que fue su vida, además hablé con él mucho de este texto que me hubiera gustado poderle enseñar'.