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Crónica:FERIA DE SAN FERMÍN | LA LIDIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Fandi y Ferrera salen a hombros

Decimos que salieron a hombros El Fandi y Ferrera, poniendo a El Fandi en primer lugar porque, aún siendo el tercero de la terna, cortó tres orejas en tanto que Ferrera, que iba en segundo lugar, sólo cortó dos. Ambos jóvenes se han convertido en la pareja ideal para cualquier empresario inteligente. Cada uno de ellos hace del tercio de banderillas todo un espectáculo de masas. Como además son muy variados con el capote, se puede decir que son como ríos que siguen juntos el mismo itinerario de verano. Es cierto que cada uno de ellos creerá que el cielo sólo existe para él.

Como quiera que los dos son banderilleros, fueron ofreciéndose los pares uno a otro en los dos primeros toros. Luego cada uno, como es norma, fue por su cuenta. Excepto en el sexto y último de la tarde, que El Fandi colocó un cuarto par de propina, en la modalidad del violín, que fue esplendoroso. Ese par sirvió para rematar la suerte de banderillas a ese toro. Fue tan espectacular el tercio que puso en pie a toda la plaza. Tan inevitable como gozosamente, el torero tuvo que dar la vuelta al ruedo como premio a esos cuatro pares que dejó prendidos no solamente en el morrillo del toro sino en la retina de un público enfervorizado.

Torrestrella / Puerto, Ferrera, El Fandi

Torrestrella: desigual de presentación, descastados, algunos pobres de pitones y blandos. Víctor Puerto: media estocada caída y cuatro descabellos -silencio-; pinchazo, media estocada caída y descabello -silencio-. Antonio Ferrera: estocada caida (oreja, dos vueltas al ruedo, una por su cuenta); pinchazo y estocada tendida (oreja). El Fandi: estocada (oreja); estocada perdiendo la muleta (dos orejas). Plaza de Toros de Pamplona, 13 de julio. Octava de feria. Lleno.

No le anduvo a la zaga Antonio Ferrera en los pares de banderillas que le tocaron en suerte. El torero citaba de rodillas y después quebraba. O bien saltaba espectacular delante de la cara del toro para clavar a continuación en todo lo alto los rehiletes.

La crónica de esa tarde anunciada tenía su punto culminante en el tercio de banderillas. Precediendo a ese tercio, los capotes de Ferrera y El Fandi repartieron su enorme variedad. Unas veces El Fandi se fue a porta gayola y recibía al toro, para después lancear y rematar con chicuelinas, además de pasar a fabricar otra larga cambiada. O después hacía un quite por lopecinas y remataba con una media muy ajustada. Por otro lado, Ferrera quitaba por chicuelinas, y a continuación le replicaba El Fandi con unas chicuelinas rodilla en tierra. Otra vez Ferrera se inventaba una larga cambiada y remataba después a pie con dos medias verónicas excelentes. Pues bien, todo eso en un vaivén de vorágine era lo que uno y otro torero derramaron sobre el albero pamplonés.

Sus faenas no tuvieron la majeza que esperábamos. Evidentemente hubo pases redondos, algunos de calidad, más bien por el lado de Ferrera que por El Fandi. Cabe argüir que, con la labor muleteril de ayer en sus cuatros toros, no llegaron a culminar una de esas faenas de las que quedan en la memoria. Esas faenas macizas, erradas como puertas góticas, bastaron para acompañar la labor capotera y banderillera de estos dos espadas.

A Víctor Puerto, torero que tiene calidad como para competir con cualquiera, ayer le encontramos ausente de sí mismo. Apático. Un estar sin estar. Como si estuviera esperando que alguien le lea el porvenir en los posos de su último café.

El Fandi y Ferrera, a hombros ayer en la plaza de Pamplona.
El Fandi y Ferrera, a hombros ayer en la plaza de Pamplona.LUIS AZANZA
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