'Que vuestros hijos no sean como Iverson'
La estrella de los Sixers, en arresto domiciliario tras amenazar con un arma a dos personas
'Tengan cuidado ahí afuera, y si se encuentran con Allen Iverson, no duden en detenerlo'. Así podría terminar la reunión matutina de cualquiera de las comisarías de la ciudad de Filadelfia. El polémico jugador de los Sixers tiene de nuevo líos con la justicia y se encuentra en arresto domiciliario tras ser acusado por el fiscal del distrito, Lynne Abraham, de siete delitos, entre ellos posesión ilícita de armas y amenazas a dos individuos después de entrar a la fuerza en un apartamento el pasado 3 de julio en busca de su esposa.
Está previsto que el acusado se entregue el próximo martes a la policía justo cuando su abogado, Richard Sprague, regrese de un viaje de trabajo. Hasta entonces, las órdenes son claras: 'Le he comentado al abogado que le advierta a su cliente de que si uno de mis agentes le ve fuera de su domicilio, lo detendrá sin dilación', asegura el jefe de policía de Filadelfia, Sylvester Johnson. Si fuera encontrado culpable de todos los casos que se le imputan, la pena podría llegar a ser de 70 años de cárcel, aunque parece improbable.
El jugador echó de casa a su esposa y horas después fue a buscarla empuñando una pistola
Tras once de meses de convivencia, el matrimonio de Iverson discurre por aguas bravas. Hace diez días, el jugador echó a su esposa del domicilio familiar tras una discusión que ya duraba días. Tan fulgurante fue la reacción del marido que Tawanna, así se llama su pareja, tuvo que salir desnuda de la casa. Unas horas más tarde, la estrella de los Sixers y su tío Gregory Iverson salieron en busca de la mujer. Ambos pusieron rumbo hacia el apartamento de Shaun Bowman, primo del jugador y confidente de Tawanna. Allí se encontraban los dos hombres amenazados, Charles Jones y Hakim Carey, que vieron claramente cómo el baloncestista llevaba una pistola en su cintura y señalando el arma urgía en conocer el paradero de su esposa y su primo. Tras abandonar el apartamento, Jones llamó al 911, algo así como el 091 en España, y dio su versión de los hechos.
La policía de Filadelfia, con sus pertinentes órdenes de registro, ha buscado, sin éxito, en la casa de Allen Iverson y en la de su tío, el arma con la que presuntamente amenazó a los dos individuos. Sin embargo, los investigadores han requisado un Cadillac de la pareja en el que se han encontrado cristales rotos y manchas de sangre.
Además de las posibles penas judiciales que se puedan derivar de este caso, la carrera deportiva de Iverson también puede resentirse de este nuevo incidente. Bajo el convenio colectivo vigente en la NBA, el escolta se enfrenta a una sanción mínima de 10 partidos, en caso de que sea condenado por algún delito de comportamiento agresivo. Reebook, la marca de prendas deportivas, que hace unos meses firmó un contrato vitalicio con el jugador por valor de 85 millones de dólares (algo más de 86 millones de euros) ha anunciado que permanecerá fiel a uno de sus valores más rentables. Tras la grantemporada realizada en 2000 y que le valió el premio al jugador más valioso de la liga regular, su proceso de reinserción ha caído en saco roto. Todo el país se ha hecho eco de la acción del jugador. Un periódico de Charlotte ruega a las madres de Estados Unidos que no dejen que sus hijos crezcan para ser iguales que Allen Iverson.
Iverson ha tenido otros problemas con la ley. En 1993 fue arrestado por una pelea de tintes racistas en una bolera. Pasó cuatro meses en prisión hasta que el gobernador del estado le concedió el indulto. Cuatro años después no se presentó a los cargos de posesión de armas tras ser detenido en un automóvil portando una pistola y dos cigarrillos de marihuana. Al final le fue concedida la libertad condicional. La NBA le invitó a cambiar las letras de su disco de rap ya que incitaban a la violencia.
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