El líder supremo iraní pide calma tras la dimisión del clérigo reformista

El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, envió ayer un mensaje conciliador y llamó a la calma a la sociedad iraní para evitar que la situación se agrave, y para hacer frente a los 'enemigos' del régimen islámico en respuesta a la dimisión del clérigo reformista de Isfahan, Jalaluddin Taheri, que lanzó esta semana duras críticas contra el régimen de los ayatolás, al que calificó de 'corrupto, autoindulgente, hipócrita y represivo'. Su mensaje fue difundido por la radio estatal y leído en la mezquita de Isfahan.

'Uno de los objetivos de los enemigos es provocar problemas y la anarquía, y por eso pido a la población de Isfahan que guarde la calma y evite cualquier tipo de eslogan, acto o tensión durante la oración del viernes', escribió Jamenei en una carta dirigida a Taheri.

El líder supremo, que ejerce el control sobre los poderes religioso y político, aseguró además que compartía con el clérigo de Isfahan la preocupación por la situación que atraviesa el país y aseguró que hay que 'movilizar los medios para luchar contra la pobreza y la corrupción'.

Jamenei alertó, sin embargo, del peligro que podrían suponer afirmaciones como las de Taheri. 'Todas las personas responsables, y sobre todo los miembros del clero, deben tener cuidado y evitar cualquier declaración o acto que pudiera ser utilizado por los enemigos exteriores e interiores'. Jamenei, que encabeza la corriente conservadora iraní, aseguró que Estados Unidos, cuyo Gobierno ha incluido a Irán en el llamado 'eje del mal', está tratando de sembrar la discordia en la sociedad iraní para vengarse de la revolución islámica de 1979 y reestablecer una dictadura como la del antiguo régimen.

El ayatolá Jamenei, que encabeza la corriente conservadora iraní, afirmó que la solución a los problemas planteados por Taheri pasa 'por la creación de empleo para los jóvenes y por la lucha armoniosa contra la corrupción'. En opinión de varios comentaristas locales, la dimisión y las declaraciones de Taheri suponen un nuevo golpe a la corriente conservadora iraní, que encabeza Jamenei.