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El PP pide tiempo para resolver la posición institucional de Camps

Tanto José Luis Olivas, presidente en funciones del Consell, como Francisco Camps, delegado del Gobierno y candidato del PP a la presidencia de la Generalitat en 2003, pidieron tiempo ayer para digerir la necesaria reorganización de papeles institucionales y orgánicos que precisa el partido tras la precipitada salida de Eduardo Zaplana y el aluvión de movimientos aprobados por unanimidad en la eufórica junta directiva regional celebrada el pasado martes.

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Olivas, Camps y Juan Manuel Cabot, vicesecretario regional, se reunieron ayer por la tarde en la sede del PP en Valencia con el objetivo formal de poner al nuevo secretario general del partido al corriente de los preparativos en curso para el próximo congreso regional, convocado para el último fin de semana de septiembre, y poner de manifiesto la normalidad orgánica en el seno del partido. Pero en una breve comparecencia pública pusieron en evidencia la confusa posición que ocupan el presidente en funciones y el candidato a sucederle.

Olivas remitió cualquier precisión sobre la composición del equipo de gobierno que debe designar cuando sea investido presidente de la Generalitat por las Cortes Valencianas al momento en que tome posesión del cargo y evitó aclarar si incorporará a Camps a su futuro gabinete.

Camps, por su parte, recordó que fue designado secretario general y candidato 'hace apenas 48 horas' y pidió 'calma' antes de aclarar si renunciará a su cargo como delegado de Gobierno para volcarse en el partido y su campaña electoral.

Ni siquiera aclararon la fecha en la que está previsto refrendar a Camps como secretario general en una preceptiva reunión del comité ejecutivo regional del partido -sólo deslizaron que se celebrará 'en los próximos días'- y recurrieron de nuevo a la 'excepcional figura' del nuevo ministro de Trabajo y Asuntos Sociales y presidente del partido como garante último de la cohesión de la organización en territorio valenciano.

La actual posición de Camps como delegado del Gobierno parece una plataforma institucional un tanto confusa para afrontar una campaña electoral de ámbito autonómico. El propio Camps evitó cualquier acto público de toma de posesión de su cargo hace apenas tres meses porque consideraba inoportuno subrayar su nueva responsabilidad al servicio del Gobierno central después de haber sido miembro del Consell y entonces aspirante a la candidatura a la presidencia de la Generalitat. Ayer se limitó a defender la supuesta capacidad de los miembros del PP para desvincular sus responsabilidades institucionales y orgánicas a diferencia de 'otros' para evitar aclarar su inmediato futuro.

También recurrió al manual para replicar a las acusaciones vertidas por el PSPV en torno a la tricefalia que impera en el PP de la Comunidad Valenciana desde la salida de Zaplana. 'Cuando los socialistas hablan de cefaleas se refieren a su propio dolor de cabeza, al intenso dolor de cabeza que sufre su candidato cada vez que recuerda que votó en contra de que los valencianos reciban agua', comentó elevando el tono.

Lo cierto es que tanto Olivas como Camps pidieron una tregua para aclarar su actual situación. Y que el presidente del Consell en funciones dispone de una nueva ley de gobierno, un instrumento que le permite ampliar y elevar el talante político de un Consell que está en vilo desde que Zaplana anunciara en el debate de política general celebrado el pasado mes de septiembre una remodelación que todavía sigue pendiente.

La ley de gobierno fue aprobada a través de un trámite de urgencia el pasado mes de febrero y prevé la figura del consejero sin cartera como mecanismo para ampliar la composición del equipo de gobierno al margen de las restricciones que impone el Estatuto de Autonomía que limita a diez la miembros del Consell.

La sacudida que vive el PP de la Comunidad Valenciana desde la precipitada salida de Zaplana y los movimientos de los grupos liberales, por un lado, y tradicionales, por otro, para intentar detener el ascenso del ala cristiana que identifican con Camps podría ser relativamente aplacada a través de la incorporación de personalidades significativas en el futuro Consell.

La posibilidad de que la alcaldesa de Valencia renuncie a optar a un cuarto mandato, apuntada ayer por algunas fuentes del partido, constituye otro elemento de distorsión clave frente a la supuesta cohesión y normalidad que ayer se esforzaron por transmitir Olivas y Camps en compañía de Cabot.

El vicesecretario general aprovechó la ocasión para agradecer a Olivas su cooperación en el ejercicio del cargo y Camps apuntó que Cabot será en adelante su más íntimo colaborador en la serie de comparecencias que tiene previsto mantener ante el mayor número posible de agrupaciones locales del partido.

Pero la primera evidencia de la confusión que destiló su comparecencia pública conjunta fue la convocatoria de una rueda de prensa de Zaplana, en solitario, esta mañana.

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