Universidad Pública, Soildaria y Ciudadana
El Rector de la Universidad Federal de Pernambuco reflexiona sobre cómo transformar el campus universitario en un espacio más democrático, estimulando la conciencia sobre la responsabilidad social colectiva y contribuyendo para la construcción de una universidad, que además de pública y solidaria, sea también ciudadana
Alimentado por cuestiones que van desde la economía, las disputas étnicas, geopolíticas o religiosas, el virus de la violencia se difundió por el mundo y representa una permanente amenaza para la supervivencia del Estado democrático en países de continentes tan distintos como Europa, América Latina y África. ¿Cómo las universidades públicas pueden sumar esfuerzos y sumarse a otros sectores de la sociedad para combatir el apartheid social que alimenta la violencia y ofrece el combustible humano para las virtuales guerras civiles que se propagan por tan diversos países. ¿Cómo transformar el campus universitario en un espacio más democrático, estimulando la conciencia sobre la responsabilidad social colectiva y contribuyendo para la construcción de una universidad, que además de pública y solidaria, sea también ciudadana?
Necesitamos combatir la desigualdad y favorecer los cambios de la sociedad usando la mejor y la más pacífica arma que disponemos: el conocimiento. Como foco de producción de este conocimiento, la universidad pública necesita comprometerse en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria. Precisamos quebrar la resistencia de los que persisten en impedir que las universidades sustentadas por recursos públicos se movilicen por una acción institucional amplia y consistente que las aproxime de los desheredados por el apartheid social, llevando hacia ellos el conocimiento producido gracias al aporte de todos los contribuyentes.
Para que exista un futuro, la universidad no puede apenas creer en la ciencia o alimentar las buenas intenciones sociales. Es necesario actuar. Es necesario cambiar la sociedad y transformarse junto con ella. Empresarios, líderes sindicales, organizaciones no gubernamentales y otros sectores de la sociedad ya empiezan a movilizarse para buscar alternativas para nuestros impasses sociales. Es necesario que las universidades se comprometan en este proceso integrado y solidario en busca de un mundo mejor. Hasta ahora, su participación ha sido muy discreta y poco organizada, presentando una gran dispersión de esfuerzos. Esa universidad, ahora más que nunca, debe ocupar en este proceso el lugar que la sociedad le exige. Infelizmente, aún falta entre nosotros una conciencia más amplia y profunda de responsabilidad social y de compromiso también con los excluidos.
Mientras algunas instituciones desarrollan programas diferenciados de voluntariado y responsabilidad social alimentando asociaciones exitosas entre el Estado, el mercado y la sociedad, en la mayoría de los espacios académicos sobrevive la alienación y el desconocimiento de que el combate a la exclusión social exige de las universidades un compromiso que va más allá del registro de patentes o de la emisión de diplomas. Para atacar eficazmente la desigualdad social que se transforma en violencia civil, necesitamos ofrecer, a todos los sectores de la sociedad, nuestra solidariedad, información y conocimiento.
La creación de una especie de servicio civil voluntario en la Universidad Federal de Pernambuco ha comprobado que es posible asociar acciones de voluntariado y responsabilidad social a la utilización del conocimiento académico en la búsqueda de soluciones efectivas para el combate a la desigualdad social, llevando a profesores, estudiantes, técnicos y otros asociados a interactuar y trabajar con la comunidad. El programa UFPE PARA TODOS - UNIVERSIDAD CIUDADANA fue implantado hace dos años por la Pro-Rectoría de Extensión y hoy reúne a profesores, técnicos y alumnos en 64 proyectos de varias áreas, beneficiando a más de 58 mil personas en 25 ayuntamientos de Pernambuco. Con este programa, la UFPE acredita en el currículo académico de los alumnos las actividades voluntarias de responsabilidad social realizadas a través de los proyectos de extensión universitaria y reconoce la actuación de los profesores y técnicos garantizándoles una puntuación en su evaluación institucional (GED y otros).
La actuación de la UFPE en las áreas de inclusión social, desarrollado sostenido y socialización del conocimiento fue reconocida con el Premio Banco Mundial de Ciudadanía por el proyecto de asistencia tecnológica de diseño -desarrollado junto a la Comunidad Quilombola de Conceição das Crioulas, en el interior de Pernambuco- y está indicada para el Premio Darcy Ribeiro de Educación, en la Cámara de Diputados. La universidad fue una de las pioneras en la implantación de los créditos académicos por las actividades de extensión e inspiró al Congreso Nacional a crear el Programa de Desarrollo de la Extensión Universitaria, incluido entre las metas prioritarias del Plan Nacional de Educación (PNE).
La meta 23 del PNE deberá ser implantada en todas las Instituciones Federales de Enseñanza Superior (IFES) de Brasil durante el cuatrienio 2002-2004 y propone que "por lo menos el 20% del total de los créditos exigidos para la graduación en la enseñanza superior en todo el país, sean reservados para la actuación de los alumnos en acciones de extensión". Además de presentar, para los estudiantes, una oportunidad de aumentar sus oportunidades profesionales invistiendo en la construcción de un mundo mejor, el programa permite que se transforme en práctica la teoría adquirida en las salas de clase, reforzando la acción de la Universidad a través de asociaciones con otras instituciones - órganos públicos federales, provinciales o municipales; organizaciones no gubernamentales; asociaciones comunitarias; consejos de políticas y derechos; agencias de fomento; empresas públicas y privadas; fundaciones empresariales; federaciones; y sindicatos.
Con la implantación de la meta 23 del PNE, más de 400 mil alumnos de las IFES pueden ocupar los espacios vacíos de ciudadanía en todo el país llevando a las universidades públicas federales a dar el paso que nos falta para transformar solidariedad abstracta en solidariedad concreta. Con el servicio civil voluntario vamos a mostrar al Brasil que la asociación entre solidariedad y conocimiento puede ayudarnos a avanzar y a transformarnos en paz. Como instituciones mantenidas con recursos públicos, vamos a asociar nuestro compromiso con toda la sociedad para la formación de nuestros alumnos y otros jóvenes para un mundo en que ser emprendedor, creativo y autónomo son habilidades fundamentales para garantizar la generación de trabajo y renta, y como consecuencia, la construcción de un mundo más feliz y más agradable para vivir.
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