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Una pelea entre los invitados de dos bodas acaba con 31 heridos

La reyerta, ocurrida en Arganda, se inició al explotar un petardo

Oriol Güell

Una boda inolvidable, aunque por motivos imprevistos y no deseados. Fue lo que dos parejas de novios padecieron en la madrugada de ayer cuando celebraban, en dos salones contiguos, el banquete nupcial en el restaurante La Pérgola Blanca, situado en la carretera que une Arganda del Rey y Campo Real. Una pelea desatada entre los invitados de las dos bodas acabó con un resultado de 31 heridos leves y dos detenidos. El motivo de la reyerta fue, según la Guardia Civil, la explosión de un petardo.

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Lo que sucedió tras la explosión del petardo fue tan rápido como incontrolable. Según la versión de la Guardia Civil, el grupo que recibió el petardazo, en la parte inferior del local, reprochó enérgicamente lo sucedido al otro y le acusó de haberlo arrojado sobre ellos intencionadamente. La detonación causó heridas y quemaduras a una persona en el pecho. Por su parte, los invitados a la boda que se celebraba en la terraza de la parte superior replicaron, también enconadamente, que todo había sido un accidente y que no había habido ninguna mala intención.

Los dos grupos defendieron con dureza sus argumentos, seguramente ayudados por el alcohol consumido en las más de cuatro horas de celebración que precedieron al enfrentamiento. Los reproches se convirtieron pronto en insultos y éstos culminaron con algún empujón. Los zarandeos dieron paso a una auténtica batalla campal en la que alrededor de 50 personas se enfrentaron a puñetazo limpio sobre el asfalto del aparcamiento del restaurante.

Según otra versión, apuntada por algún empleado del local, lo que provocó la bronca fue la caída de una copa desde la terraza a los invitados del piso inferior. Según esta versión, la explosión del petardo se produjo en plena trifulca, y éste habría sido usado como arma arrojadiza.

La pelea entre los invitados de los dos banquetes duró unos diez minutos, hasta que varias dotaciones de la Guardia Civil y de la Policía Municipal de Arganda del Rey intervinieron para poner fin a las agresiones. Los agentes detuvieron a dos personas. Una de ellas, el invitado que lanzó el petardo, que ha sido puesto a disposición judicial acusado de un delito de lesiones. El segundo detenido es un hombre de mediana edad que, enfrascado en la pelea, acabó por pegar un puñetazo a un guardia civil. Este arrestado también fue llevado ayer ante el juez.

Al menos 31 de los participantes en la pelea resultaron heridos. Los novios salieron ilesos. Según fuentes del servicio de emergencias 112, fueron necesarias cuatro ambulancias para trasladar a los invitados más perjudicados por la pelea a los hospitales de la Princesa y Doce de Octubre de Madrid. Todos ellos fueron dados de alta ayer mismo.

El herido más grave fue el que recibió el petardazo, que sufrió heridas y quemaduras en el pecho. Otro de los afectados resultó herido con algún tipo de objeto punzante, aunque fuentes de la Guardia Civil negaron que se hubieran utilizado armas blancas en la pelea. Los otros dos heridos de consideración necesitaron varios puntos de sutura para cerrar las aparatosas heridas que los puños abrieron en sus cejas, labios y frentes.

Un total de 27 heridos más fueron atendidos por los médicos en el mismo aparcamiento del restaurante de los hematomas, cortes y arañazos recibidos en la trifulca. Mientras los sanitarios efectuaban las curas, en el aparcamiento aún podían verse los coches utilizados por los novios, que presenciaron todo el enfrentamiento.

Ayer por la mañana, en el mismo lugar de los hechos y preguntándose cómo podía haber ocurrido todo aquello, estaba pensativo Santiago Hernández, dueño de La Pérgola Blanca, un negocio abierto hace seis años en el barrio de La Poveda, en Arganda del Rey.

El hombre, que aparentaba haber dormido poco, se sentía herido en su orgullo profesional de restaurador. 'Imagínese, das de comer a dos grupos de 100 personas cada uno y de lo que se acordarán todos no será de la comida, sino de la pelea', lamentó Hernández. 'Es que con el calor la gente bebe mucho', aventuró el dueño, tratando de buscar una explicación a lo ocurrido.

Santiago Hernández recibió al mediodía de ayer la visita de uno de los novios, que no quiso hablar con los medios de comunicación. 'Ha venido a disculparse el pobre chaval. Está algo disgustado, aunque tampoco le quiere dar mucha importancia. Son cosas que pasan y que conviene olvidar cuanto antes. Lo que realmente quieren ahora las dos parejas es echar tierra por medio y largarse de viaje de novios', explicó el dueño del restaurante.

Mucho calor y alcohol

¿Cómo pueden decenas de personas que están en plena celebración de la boda de un ser querido acabar enfrascados en una fenomenal pelea que culminó con 31 heridos y dos detenidos? 'Ya se sabe. En una boda se bebe mucho, y la gente, cuando ha bebido, pues... Además, ayer hizo mucho calor, y cuando suben las temperaturas se nota que la gente bebe más'. Ésta era la única explicación que Santiago Fernández, dueño del restaurante La Pérgola Blanca, encontraba ayer a todo lo sucedido. Fernández relató que, hasta el inicio de las hostilidades, todo había transcurrido con total normalidad. Al parecer, los dos grupos tampoco podían tener ninguna rencilla anterior entre ellos, ya que 'no se conocían'.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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