El drama de Redondo no tiene fin
El argentino, que lleva dos años sin jugar, recae de su lesión de rodilla tan sólo tres días después de volver a entrenarse con el Milan y acude desesperado al médico de Ronaldo
Fernando Redondo (Adrogué, 1969) apenas recuerda el aspecto que tiene vestido de futbolista. Desde que hace dos años se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha, una y mil veces reconstruida y destruida en estos 24 meses, no ha podido siquiera corretear ni un minuto por un campo de fútbol con la camiseta del Milan. Ahora, tres días después de incorporarse, por fin futbolista de nuevo, a los entrenamientos de su equipo y exultante asegurase ver el 'final del túnel', el argentino se ha vuelto a romper. Quizá definitivamente. Su rodilla derecha, por cuarta vez, ha vuelto a dimitir en pretemporada. Su último tren tiene nombre francés: Doctor Saillant, el hombre que ha hecho el milagro de recuperar al brasileño Ronaldo.
Vendido por el Madrid al Milan en julio de 2000 entre lágrimas y fuego de declaraciones cruzado con Florentino Pérez - 'me voy porque me echan', dijo entonces- el argentino no ha podido aún debutar con el club italiano. Metido en una interminable espiral de lesiones y depresiones, de caídas profundas y recuperaciones engañosas, Redondo renunció la temporada pasada a cobrar su sueldo 'porque la conciencia no me permite estar tranquilo y recuperarme'. Cobraba más de tres millones de euros.
Poco antes de tomar esa decisión había tenido un accidente deportivo no relacionado con el fútbol. Un gesto, el de renunciar a su millonaria remuneración tan inusual como el desarrollo de su extraña dolencia. 'Ardo de curiosidad por saber qué le ha podido pasar. Nadie está dos años parado por una lesión de ligamentos', afirma con sorpresa el Doctor Guillén. Una sorpresa que no comparte Rodolfo Tavana, el jefe de los servicios médicos del Milan, que considera 'normales los problemas después de una operación del ligamento'.
Redondo, que ya había tenido frecuentes problemas durante su etapa en el Madrid, se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha al poco de ser traspasado al Milan. Las noticias sobre el estado de su extremidad se tornaban más y más preocupantes según avanzaba el verano de 2000 y ya en octubre se decidió a pasar por el quirófano. La operación fue un fracaso. 'Se le hizo un auto injerto (utilizando un trozo de tendón del propio jugador) que le provocó un montón de problemas en cadena', recuerda el médico del Madrid Alfonso Del Corral. Entre las causas de esta primera lesión se apuntó a una profunda depresión sufrida por el jugador, que no terminaba de asimilar su salida del Madrid.
Cansado de visitar médicos sin éxito en Italia y arrastrando su cojera, Redondo se volvió a refugiar en su conocido mundo de Madrid en el verano de 2001, un año después de su primera lesión. Ocupó su casa y se puso en manos del doctor Del Corral, que se encargó de su recuperación y le operó por segunda vez. 'Cuando se marchó estaba perfectamente para jugar', aseguró ayer el doctor Del Corral. 'Quizá le faltaba un poco de ritmo, pero nada más', añadió.
Sin embargo, meses más tarde, Redondo viajaba a Argentina y recaía de nuevo de una lesión que empezaba a parecerse más a una pesadilla que a un problema médico. En Buenos Aires se sometía a una tercera operación. Una intervención con la que creía dar por acabada la interminable sesión de quirófanos en la que se ha convertido su vida en los dos últimos años. Hoy, Redondo estará en Amberes en la consulta del doctor Meersseman. El próximo lunes le tocará encontrarse con el célebre doctor Saillant mientras sus compañeros se entrenan en Milanello: el veredicto, seguramente, será una cuarta operación a sus 33 años.
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