Un poeta para el cine
La historia de La luz prodigiosa, novela de Fernando Marías, parte de un rumor que se conocía en Granada y con el que algunos especularon incluso hasta llegar a hacer un programa de televisión: Federico García Lorca no murió fusilado. Resultó herido en su ejecución y luego curado en un convento, del que salió sin recordar quién era ni qué había hecho. Ésa es una de las leyendas que sirvió de inspiración primero para Marías, y ahora para Hermoso, que cuenta con la colaboración de Ennio Morricone en la banda sonora.
La figura del autor de Poeta en Nueva York no es nueva en el cine. A finales de los años setenta, Jaime Camino rodó A un dios desconocido, un filme muy duro que recreaba, en primera persona y desde un monólogo interior, la muerte de Lorca.
Más tarde fue Juan Antonio Bardem quien, en 1986, y con la ayuda del hispanista Ian Gibson para el guión, rodó Muerte de un poeta, una película inicialmente pensada para ser emitida en seis capítulos televisivos que tuvo también su réplica en una película de dos horas para la gran pantalla.El inglés Nicholas Grace encarnó al poeta en un filme que trajo algunas controversias en la ciudad sobre el carácter de Lorca.
Más polémico aún fue el estreno en la ciudad de Muerte en Granada, película del puertorriqueño Marcos Zurinaga con todos los ingredientes de Hollywood. Hubo un gran reparto de estrellas, como Andy García, que encarnaba a Federico, Edward James Olmos, que interpretaba a un alter ego de Ramón Ruiz Alonso, el hombre que lo detuvo, Miguel Ferrer y Esai Morales.
Con todos los ingredientes de un thriller en el que se especulaba sobre cuáles fueron los motivos reales de la muerte del poeta (la venganza de un padre por la muerte casual de su hijo), la película de Zurinaga fue vilipendiada por la crítica, que no tuvo en cuenta que más que una película biográfica, era un juego de Hollywood. Lo mismo que ahora pretende hacer Miguel Hermoso
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