Peces-Barba afirma que el 11-S fue la toma de conciencia "de una situación insostenible de desesperación"

El ex presidente del Congreso de los Diputados y actual rector de la Universidad Carlos III, Gregorio Peces-Barba, afirmó esta noche que los atentados del pasado 11 de septiembre en Nueva York y Washington sirvieron para que se tomara conciencia "de una situación insostenible de desesperación, pobreza y analfabetismo", problemas que habrá que solucionar en el futuro "porque podrían llevar a una catástrofe". Esta es una de las ideas principales de la conferencia, titulada 'El Orden Mundial Futuro', que pronunció Peces-Barba en el campus universitario de Colmenarejo con motivo de la inauguración de los Cursos de Verano de la Carlos III, que durante este mes se celebrarán en varios campus de esta Universidad. Con esa idea inicial, el rector considera que la solidaridad es "un componente necesario" del orden político futuro, para lograr "una sociedad más igualitaria entre todos". A su juicio, el 11 de septiembre "fue el principio de esa toma de conciencia" que puede aliar a las masas "que no tienen nada que perder con los profetas de la muerte, de la Guerra Santa y el exterminio de los enemigos".

Para Peces-Barba, la caída de los regímenes comunistas, "por su carácter totalitario", ha contribuido de forma decisiva "a la idea de éxito de un capitalismo egoísta" frente a un capitalismo más solidario, "que podría ser compatible en su globalización" con una "generalización solidaria" de los beneficios y que abriría el paso "a una libertad igual y solidaria para todos".

CONQUISTAS IRRENUNCIABLES El rector de la Carlos III reconoce que la revolución de las comunicaciones, la globalización económica y la mundialización de los mercados marcan la evolución de la humanidad, y que "una construcción racional y humana desde la izquierda" de un nuevo orden mundial "debe partir de las conquistas de la modernidad, de las luces y de la razón irrenunciables", si ese nuevo orden pretende seguir el proceso de humanización y racionalización. A su juicio, si el proceso de globalización es parcial y no supone al mismo tiempo "una paralela universalización de la libertad", se configurará un orden social con libertad sólo para un sector "por su carácter desigualitario", y que en este contexto "estará la fuente de los futuros conflictos y la violencia".

En este proceso, Peces-Barba advierte que el nuevo orden político y jurídico debe garantizar la idea de dignidad humana y de laicidad para evitar que Iglesias, Confesiones y concepciones del bien "pretendan incorporar sus verdades a la organización de los criterios sobre poderes, principios o derechos que corresponde en exclusiva "a la ética pública a través de las reglas del juego y de las instituciones democráticas".